El pago de 60.000 euros en 2019 del Grupo Intereconomía a Lidia Berman (mujer de Santiago Abascal) es el enésimo capítulo polémico que afecta a los cimientos de Vox, que tira para arriba en las encuestas pese a las críticas derivadas de su escasamente democrático funcionamiento interno (y de la endogamia económica que comparte con la opaca Fundación Disenso).
La tensión doméstica es surfeada por Abascal, que se ha subido con acierto a la ola autoritaria internacional liderada por el cuarteto conformado por Donald Trump (presidente del todavía país más influyente del mundo, Estados Unidos), Javier Milei (que aprovecha la dramática situación económica de Argentina para querer convertirla en un poco fiable laboratorio libertario), la presidenta italiana Giorgia Meloni (demostración de amnesia europea respecto a la ultraderecha), y el presidente Benjamín Netanyahu, acusado de perpetrar un genocidio en Palestina.
A esta euforia trumpista se ha encaramado Abascal, que preside la alianza ultra Patriots. Este grupo europeo agrupa a las formaciones del presidente húngaro Viktor Orbán, de la dirigente francesa Marine Le Pen y del vicepresidente italiano Matteo Salvini.
PRUEBA DE FUEGO PARA PATRIOTS
Abascal celebró hace unos días la puesta de largo su presidencia en Patriots. El líder de la tercera fuerza del Congreso ejerció como anfitrión de la primera cumbre de la coalición europea.
El encuentro sirvió para trazar la estrategia a seguir por Patriots en los próximos meses, y tiene el objetivo de consolidar «la alternativa al consenso de populares y socialistas, que gobiernan juntos en Bruselas desde hace una década», señaló el portavoz nacional de Vox José Antonio Fúster.
Le faltó añadir a Fúster que en esta gran coalición europea se han encuadrado amigos de Vox como Meloni u Orbán, que apoyaron a Teresa Ribera como vicepresidenta primera y comisaria de Competencia de la Comisión Europea a cambio de que los socialistas votasen a favor de comisarios designados por los ultras de Italia y Hungría.
El portavoz del partido señaló que Abascal ha sido «el único líder nacional en ser invitado a la toma de posesión de Donald Trump», lo cual según él «vuelve a demostrar la fuerza de Vox a nivel nacional e internacional».
Patriots, tercera fuerza política del Parlamento Europeo, «representa a millones de europeos que quieren que el sentido común vuelva a las instituciones europeas, que deben servir a los europeos y trabajar por una Europa fuerte, próspera, segura y que conserve su identidad», dijo Fúster.
«Existe una alternativa a la coalición de populares y socialistas en Bruselas, a su fanatismo climático, y a sus políticas de puertas abiertas a la inmigración masiva. España y Europa necesitan un cambio de 180º en sus políticas y Vox está dispuesto a liderar ese cambio», añadió.
ABASCAL APROVECHÓ SU VIAJE A USA PARA ATACAR A SÁNCHEZ
Abascal y su troupe callan ante la decisión de Trump de renombrar el Golfo de México como Golfo de América, lo cual hiere al nacionalismo español con nostalgia imperial. Vox mira para otro lado después de los viajes de su presidente.
«Sánchez está llevando a España al precipicio, pero la historia lleva otra dirección. La que ha tomado Estados Unidos y la de otras muchas naciones que recuperan la libertad y la prosperidad. En España enfrentamos un Gobierno que es sinónimo de corrupción y de dictadura. Muchos decían que llamar golpista a Sánchez era exagerar, pero va a golpe de Estado por mes», aseguró.
Abascal protestó por «los indultos a los golpistas, la ley de amnistía, la Fiscalía, el Constitucional, el Tribunal de Cuentas, la intervención del CIS, Correos, la ley para intervenir los medios, la censura en las redes sociales, el asalto a RTVE, o la ley para acabar con las acusaciones populares».