jueves, 6 marzo 2025

Un problema estructural

Es evidente que la ley de la oferta y la demanda es la que marca la oscilación de los precios de los diferentes tipos de productos de la cadena comercial. El libro es uno de los grandes perjudicados de esa relación injusta entre el esfuerzo en la creación (un escritor dedica un número ingente de horas para desarrollar su obra), y la contraprestación que debe pagar el consumidor (en este caso, el lector). El proyecto Visibilidad, el gran reto, —que representa a 20 magníficos escritores de varias provincias de España— ha iniciado estudios demoscópicos del mercado literario con la finalidad de encontrar las claves del problema y la elección de las soluciones a aplicar.

Un libro tiene un precio medio que oscila entre los 15 y los 20 euros. Para citar un ejemplo de otro producto, un agua de colonia duplica por lo general el precio del libro y un perfume cuadriplica, como mínimo, dicho importe, siendo un elemento perecedero de unos meses de uso, mientras un libro puede ser eterno. Aceptando la subjetividad del término caro o barato, sujeto al efecto emocional, el poder adquisitivo y el beneficio individual que causa al comprador su posesión y disfrute, la realidad es la idea extendida entre los consumidores de que los libros son caros, y la convicción entre los escritores de que los mismos son baratos, si bien, la resignación y el ánimo de ser leídos, produce un sentimiento de conformidad, un… esto es así, y no se puede cambiar. 

Para que un libro vea la luz y sea una realidad es indispensable la intervención de diversos oficios: la persona que lo escribe, una editorial, una persona que corrija, otra que maquete, un ilustrador gráfico, un diseñador de las cubiertas, un experto en marketing, en algunos casos un traductor, una imprenta, una empresa de distribución, un punto de venta (librería), incluso se puede añadir, agentes literarios, bibliotecas, entidades culturales, espacios públicos y privados, eventos literarios… volviendo al punto de partida, del precio medio de 15 a 20 euros, a cada escalón de la producción de los ejemplares le corresponde una ínfima parte en el reparto. De ese modo, se producen cierres y desapariciones continuas de empresas y personal laboral.

Cuando existe un problema evidente constatado, corresponde aplicar soluciones. En este caso, porque los libros son indispensables; son cultura, enseñanza, historia y legado. Son fuente del saber, albaceas del conocimiento y transmisores del nexo de entendimiento entre los seres humanos. Visibilidad, el gran reto, ya trabaja en ello.         

67c730ef58595 Moncloa