En los últimos años, el flujo turístico entre Portugal y España ha experimentado un notable crecimiento, especialmente hacia destinos poco convencionales. Entre ellos destaca Setenil de las Bodegas, un enclave único donde la naturaleza y la arquitectura se fusionan de manera sorprendente. Este peculiar municipio andaluz ha capturado el interés de los visitantes lusos, quienes encuentran en sus calles empedradas y casas excavadas una experiencia auténtica lejos de los circuitos masificados.
La fascinación portuguesa por este rincón de Cádiz no es casualidad. La mezcla de cultura, historia y gastronomía local crea un imán irresistible para quienes buscan vivir algo diferente. las características únicas del pueblo han convertido a Setenil en un destino obligado para muchos viajeros que cruzan la frontera hispano-lusa. El contraste entre la modernidad de Lisboa y la ancestralidad de estas tierras blancas resulta particularmente atractivo.
1UN PUEBLO ESCULPIDO POR LA NATURALEZA Y EL TIEMPO
Las formaciones rocosas que envuelven Setenil de las Bodegas constituyen un espectáculo geológico impresionante. Durante milenios, el río Trejo fue esculpiendo las montañas calcáreas, creando cuevas naturales que los habitantes aprovecharon para construir sus hogares. la simbiosis perfecta entre paisaje y arquitectura ha generado un entramado urbano único en Europa. Las viviendas semienterradas ofrecen refugio contra el calor estival y protegen del frío invernal.
El recorrido por sus calles permite descubrir cómo los techos de algunas casas no son más que extensiones de la propia montaña. Esta particularidad arquitectónica ha sido objeto de estudio por especialistas portugueses interesados en técnicas constructivas tradicionales. Desde hace algunos años, grupos de investigación lusos han mostrado especial interés en documentar estos métodos ancestrales de construcción.
La penumbra que caracteriza muchas de las vías principales crea una atmósfera mágica durante todo el día. Los rayos de sol apenas se filtran entre las rocas, generando juegos de luces y sombras que transforman cada rincón en una postal única. el encanto de lo subterráneo ha conquistado a miles de visitantes portugueses que buscan experiencias distintas a las típicas playas del Algarve o las ciudades históricas del país vecino.