jueves, 6 marzo 2025

La única isla del mundo que cambia de país según el reloj: España y Francia en la pelea

España y Francia tiene un territorio compartido y su potestad depende del tiempo. Aunque parece una película bélica, estas tierras son parte de España y Francia gracias a una particular historia que ha logrado la atención de los amantes de la geografía que desconocen esta isla y que sorprende por su legado. Ambos países comparten 650 kilómetros de frontera que están divididos por el río Bidasoa, que es el que separa a Irún (España) y Hendaya (Francia) y en este río donde se encuentra esta porción de territorio que tiene doble nacionalidad.

Se trata de la Isla de los Faisanes que posee 220 metros de largo y unos 40 de ancho y no cuenta con ningún habitante. Su historia es de lo más llamativa y da cuenta de los acuerdos a los que pueden llegar las naciones, que pueden ser de los más diplomáticos y sin conflicto alguno. Este territorio posee un relato particular y es considerado el condominio más pequeño del mundo.

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La isla misteriosa de España que aparece y desaparece: cuál es el motivo

Fuente: Pexels

Las islas Canarias son una de las más populares de España y la elegida por miles de turistas cada año. En ellas, los visitantes disfrutan de paisajes espectaculares, playas paradisíacas y la mejor oferta gastronómica del país. Sin embargo, este archipiélago esconde historias misteriosas que la razón tampoco puede explicar. Una de las islas que logró captar atención mundial es la de San Borondón, que tiene la particularidad de aparecer y desaparecer por un intrigante motivo. Esta porción de tierra apareció en el Mapamundi de Hereford, confeccionado en 1280, aunque ningún navegante logró verla jamás.

En 1755 los estudios cartográficos volvieron a incluirla en los mapas y, de acuerdo a ellos, este territorio poseía 480 kilómetros de largo y 155 de ancho. Lo cierto es que, a pesar de sus grandes dimensiones, esta es imposible de divisar. Muchos curiosos y estudiosos lograron buscarla pero esto fue imposible y, los más escépticos, logran explicar este fenómeno como un espejismo. Es decir, que las personas que aseguran haberla visto a lo lejos sólo fueron testigos de una ilusión óptica.