Las crisis climática incrementa la inseguridad alimentaria y violencia de género en Sahel, según Plan International

El aumento de temperaturas, las sequías recurrentes y las lluvias irregulares en el Sahel están intensificando la inseguridad alimentaria, forzando la deserción escolar y aumentando la violencia de género, especialmente entre las niñas y mujeres jóvenes, según el informe ‘A Gathering Storm’ (Una tormenta que se avecina) presentado este miércoles por la ONG Plan International.

Para llegar a estas conclusiones, han recabado testimonios de casi 1.000 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 14 años en Burkina Faso, Camerún, Chad, Gambia, Guinea, Mauritania, Mali, Níger, Nigeria y Senegal gracias a la colaboración de 25 jóvenes investigadoras .

Entre otras cosas, las niñas han relatado cómo la escasez de cultivos ha llevado a sus familias a alimentarse de ganado y abandonar la escuela y casarse, o directamente intercambiar sus cuerpos por comida. También han hablado sobre cómo se han encontrado pozos completamente secos, lo que les ha obligado a recorrer grandes distancias hasta las fuentes de agua. Esto les expone al acoso y la violencia.

A su vez, han reportado problemas de salud relacionados con el agua contaminada, el calor extremo y la mala nutrición. Asimismo, han advertido que la gestión de la higiene menstrual se ha vuelto más difícil debido a la escasez de agua, lo que les ha llevado a lidiar con una mayor exclusión de la educación y las actividades sociales.

A pesar de ello, Plan International ha subrayado que las niñas y mujeres jóvenes en el Sahel están liderando numerosas iniciativas para adaptarse al cambio climáticorelacionadas la reforestación, la gestión de residuos y las campañas de concienciación para combatir la degradación ambiental, aunque estas son a menudo ignoradas y carecen de los recursos y el reconocimiento necesarios para expandir su impacto.

Por ello, la ONG ha lanzado un llamamiento a los donantes internacionales para que aumenten la financiación de estas iniciativas de adaptación al cambio climático. Asimismo, han instado a los gobierno a incluir a las niñas y adolescentes en los procesos de toma de decisiones, implementar políticas que las protejan de la violencia de género y el matrimonio infantil e invertir en una infraestructura resiliente frente al clima, haciendo accesibles las fuentes de agua y adaptando las escuelas a los riesgos climáticos.

«Las niñas, adolescentes y las mujeres jóvenes no son solo víctimas del cambio climático, sino también son un pilar clave en la búsqueda de soluciones. Su educación, empoderamiento y liderazgo son esenciales para combatir el cambio climático» ha añadido una co-investigadora de Malí.