El inicio de año está siendo movido en las diferentes unidades de las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles en contra del tráfico de drogas. Continuas redadas en el levante y el sur del país, conviven con las numerosas imágenes que nos llegan del desembarco de todo tipo de estupefacientes en España, especialmente de cocaína y hachís.
Unas imágenes basten duras en las que las bandas y clanes de narcotraficantes a la tradicional parafernalia de caras tapadas, carreras descargando la mercancía, se han añadido otras inquietantes donde los miembros de estas bandas esgrimen armas de gran calibre y de guerra, usadas en conflictos bélicos.
Las vías de entrada de esta droga estaban consolidadas a tres bandas. Por el sur, en colaboración con la mafias marroquíes que trasladan la droga, en su mayoría hachís, pero que dese hace un par de años también se utiliza esta vía para la introducción de cocaína. Esto se debe principalmente a que países subsaharianos con costa atlántica comienzan a ser puertos seguros para los cárteles de México y Colombia. Qué sobornan a las autoridades de esos países y utilizan a los migrantes y sus rutas para poder llevar esa droga hasta España y desde allí a Europa.
Países como Guinea Bissau, Mauritania, Gambia, entre otros, debido a la corrupción portuaria facilitan esa entrada, llegando la droga en muchas ocasiones a organizaciones yihadistas vinculadas a Al Qaeda o incluso al Daesh, que las transportan hacia las fronteras cercanas a Europa, con el objetivo de financiar su causa y el terrorismo que ejercen en sitios como el Sahel.
Por otro lado, esta la vía del levante español, allí el Puerto de Valencia ha jugado un papel fundamental en los últimos tiempos. siendo uno de los puntos fuertes de entrada de cocaína en España. Allí, como receptores actuaban bandas españolas, con sede en Madrid principalmente e incluso vinculadas a la extrema derecha, y albano kosovares.
Estas bandas del este de Europa, suelen ser las distribuidoras de parte de la droga que llega al levante español al resto de Europa. Especialmente la marihuana cultivada en el sur de España y el hachís marroquí, que es llevado en grandes cantidades hacia el este de Europa, puesto desde un poco antes de la pandemia este tipo de estupefacientes se ha puesto muy de moda entre la población de aquellos países.
Esta vía parece bastante tranquila desde finales de septiembre. Cuando el capitán de la Guardia Civil que fue jefe del Puerto de Valencia fue detenido y enviado a prisión por su presunta relación con el narcotráfico. Durante su detención se encontraron unos 90.000 euros en un techo de la cocina de su casa.
CUATRO TONELADAS PARA INUNDAR EL MERCADO
Y con esta situación es tiempo de recordar la vía más tradicional en España para la entrada de droga. La vía gallega. Desde hace tiempo bastante controlada por Policía Nacional y Guardia Civil parecía caer en el olvido, pero este primer trimestre del año una entrada por esas tierras ha inundado el mercado español y por tanto el europeo.
Una entrada, que según fuentes cercanas a la Guardia Civil y a clanes mafiosos, es cercana a los 4.000 kilos de cocaína. Una brutalidad que desde el Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, ha sido incapaz de de frenar. Una incapacidad y falta de medios que tiene bastante «caldeados» a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y a sus familias, que ven como se juegan la vida a diario con poco apoyo de Interior.
Por otro lado, desde la Policía Nacional se muestra también una preocupación por que esta cantidad ingente de cocaína ha vuelto a rebajar el precio de la misma. Pasando en los últimos cinco años de 27.000 euros el kilo a unos 16.000. Un hecho que facilita el acceso cada vez más a esta sustancias a pequeñas bandas criminales que atomizan cada vez más el submundo de la delincuencia en España.
Estas mismas fuentes señalan que ese dinero puede servir también para financiar grupúsculos yihadistas, radicales políticos de ambos lados y otras pandillas urbanas. Una atomización aprovechada por los clanes colombianos y el cartel mexicano de Sinaloa. Estas entidades son las dueñas absolutas de la distribución de esta droga en España, distribuida por locales y kosovares al resto de Europa.
MADRID CAPITAL EUROPEA DE LA DROGA
En este sentido, la importancia de España es vital para las redes de distribución de estupefacientes. Su situación estratégica, su amplia costa, la vinculación histórica con países como Colombia y México, y por su puesto, y reconocido por las autoridades, la manera de «trabajar» de los cárteles gallegos, muy bien considerados en el mundo del hampa.
Estos clanes en colaboración con narcotraficantes sudamericanos han sido capaces de trasportar la droga mediante submarinos hasta las cercanías de las costas gallegas y portuguesas. Desde allí, la mercancía es enviada a la capital para su distribución al resto del país de Europa. En una operación digna de película y que se está convirtiendo en habitual.
En definitiva, una situación que convierte a la capital española en el centro neurálgico de este peligroso negocio. Aunque hay que destacar que los grandes cárteles quieren evitar incidentes violentos de la capital. Madrid es un buen centro de negocios para ellos y un buen destino para iniciar el banqueo del dinero, a pesar de las duras condiciones económicas que España tiene para el blanqueo de capitales.
El mercado de las viviendas de lujo, negocios de restauración en barrios altos, operadoras turísticas y negocios similares abren la puerta a las altas esferas de estas bandas que dominan el narcotráfico mundial. Y que ven a Madrid como sitio ideal para sus negocios. Situación difícil para los agentes que luchan contra esta lacra y que en 2025 tendrán de nuevo un año duro.