La Dirección General de Tráfico (DGT) ha vuelto a poner el foco en uno de los temas más recurrentes y, a la vez, más confusos para muchos conductores: ¿cuántas cervezas puedes beber sin dar positivo en un control de alcoholemia? Aunque la respuesta puede variar según factores como el peso corporal, el metabolismo o el tiempo transcurrido desde la ingesta, la DGT ha establecido límites claros que deben respetarse para evitar sanciones. Estos límites son 0,10 mg/l en aire espirado y 0,2 g/l en sangre, umbrales que representan la cantidad máxima permitida para conductores noveles, profesionales y aquellos que se someten a controles aleatorios.
Lo importante aquí no es solo conocer estos valores, sino entender cómo funcionan en la práctica y qué implicaciones tienen para tu seguridad y la de los demás. Además, es fundamental recordar que incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden afectar tus reflejos, tu capacidad de reacción y tu juicio, lo que aumenta considerablemente el riesgo de accidentes. A continuación, desglosamos todo lo que necesitas saber sobre estos límites, su interpretación y las recomendaciones clave para conducir con responsabilidad
3Factores que influyen en los niveles de alcoholemia

No todos los cuerpos procesan el alcohol de la misma manera. Varias variables pueden influir en cuánto tarda tu organismo en eliminar el alcohol y cuánto impacta en tu capacidad para conducir:
- Peso corporal: Las personas con mayor masa muscular tienden a metabolizar el alcohol más rápido.
- Género: Las mujeres suelen tener menos agua corporal y menos enzimas para descomponer el alcohol, lo que las hace más vulnerables a sus efectos.
- Comida: Consumir alcohol con el estómago vacío acelera su absorción, mientras que una comida abundante puede ralentizarla.
- Tiempo: El cuerpo humano elimina aproximadamente 0,10 g/l de alcohol en sangre por hora, aunque este ritmo puede variar. Beber rápidamente puede acumular niveles peligrosos en poco tiempo.
- Fatiga o medicamentos: El cansancio o el consumo de ciertos fármacos pueden potenciar los efectos del alcohol.
Es crucial recordar que incluso si te sientes «bien» después de beber, tu capacidad para conducir puede estar comprometida. El alcohol afecta áreas del cerebro relacionadas con la coordinación, el juicio y la percepción, lo que aumenta el riesgo de errores fatales.