Mónica García se muestra adicta a las polémicas. La ministra de Sanidad espera que las aseguradoras rechacen el nuevo contrato público por Muface, para decepción de los funcionarios, y abre el melón del nuevo Estatuto Marco de los médicos, cuyo borrador ha levantado la crispación entre los facultativos. Todos los sindicatos se han plantado ante la propuesta y el rechazo es prácticamente unánime.
El texto, aun en negociación, prohíbe compatibilizar la plaza pública con la privada tanto para los jefes de Servicio como para los médicos que ultiman el MIR. La ministra de Sanidad busca así un éxodo masivo de médicos, como el que ha ocurrido con las enfermeras, en vez de ofrecerles un mejor un trato. La implicación de esta medida supondría la importación de médicos de otros países, como ya está ocurriendo en la Sanidad de prácticamente todas las autonomías con mayor número de habitantes, como Cataluña, donde la mayoría de facultativos en clínicas privadas son de origen Latinoamericano.
Las críticas contra este nuevo Estatuto Marco no se han hecho esperar, más cuando el espíritu de la normativa incentiva el éxodo de médicos. Es un «bodrio», afirma el presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Miguel Lázaro, en una entrevista con VIDA TV.
MÓNICA GARCÍA, EN LA PEOR JORNADA AL FRENTE DE SANIDAD
A su juicio, esta propuesta ni mejora el acuerdo actual ni tampoco «ayuda a captar y a fidelizar» a los médicos, como tampoco cuida de la salud laboral de estos facultativos de alto valor añadido en la Sanidad. Lázaro no se muerde la lengua a la hora de referirse a la propuesta como un «antiproyecto» o «bodrio», como llega a decir en varias ocasiones a lo largo de su crítica.
En este sentido, define bodrio como un «guiso mal aderezado». Las consecuencias de esta nueva medida es la «emigración de médicos fuera de España» ni tampoco favorece la operación retorno de quienes trabajan en el extranjero. «Es una agresión a la sanidad pública de 49 millones de españoles», resume Lázaro.
La negociación debió comenzar este pasado jueves, pero no se produjo bajo la excusa de «causas ajenas» al Ministerio. No obstante, los sindicatos creen que se trata de un paso atrás de la ministra de Sanidad y líder de Más Madrid. Según Lázaro, la presión sindical de los más de 175.000 médicos y más de 45.000 estudiantes de medicina ha hecho reflexionar a Mónica García, quien ha pasado la peor jornada como ministra de Sanidad.
A MÓNICA GARCÍA LE VIENE GRANDE EL CARGO
«Le viene grande el cargo y está claro que qué se puede esperar de una ministra que es incapaz de gestionar la Sanidad», asevera Lázaro. El problema de la ministra, además, se cierne especialmente en Ceuta y Melilla. «Le viene grande el cargo -reitera- y creo que en este sentido no esperaba la respuesta tan contundente de todos los médicos que estamos en la sanidad pública española».
En este sentido, destaca que el nuevo Estatuto Marco impide a «ciertos niveles de jefatura de servicio» saltar a la pública y a la privada a la vez, cuando los sueldos de la pública son claramente inferiores a los del mercado. En este sentido, piden la creación de un convenio propio, como están los médicos en el resto de Europa. En el 2002 se eliminó y desde entonces no se ha recuperado.
Asimismo, el borrador de Sanidad no contempla la «singularidad del médico», al que define como un trabajador que está en su puesto 48 horas como máximo a la semana, una incongruencia con el resto de trabajadores, que tendrán una reducción de jornada hasta las 37,5 horas semanales y sin hacer las guardias obligatorias.
Dichas guardias se abonan a un precio inferior a la hora ordinaria, prohibido por ley en algunos sectores. Además, tampoco computan para el cálculo de la jubilación. «El médico no es un privilegiado», insiste Lázaro, que compara la profesión como un régimen de esclavitud. «Somos esclavos y así nos sentimos», afirma.
EL BODRIO DE MÓNICA GARCÍA PROVOCARÁ EL ÉXODO
«Es un bodrio a no ser que acepte nuestras propuestas», apostilla posteriormente. En este sentido, Mónica García trata de recortar derechos de los médicos, con una discriminación negativa como es la prohibición de ejercer en la sanidad pública y privada al mismo tiempo.
El «atropello» de Mónica García es constante y abusivo desde su llegada al Ministerio de Sanidad, especialmente con una cruzada contra la sanidad privada que pone en jaque a todo el sistema, incapaz de absorber a todos los pacientes debido a la falta de infraestructuras, mientras la población en España aumenta a los 49 millones de personas.
El sistema de guardias en la sanidad pública y los salarios, con fuertes diferencias respecto a otros países, hacen poco atractivo trabajar en España. Por este motivo, creen que hay que reforzar el sistema retributivo y vigilar las condiciones dada la singularidad de este colectivo. España pierde con este Estatuto Marco al sufragar la formación y perder los recursos humanos para que otros sistemas extranjeros se beneficien.
Todo ello, además, tras la muerte de 125 médicos por la pandemia y la falta de equipamiento. Aun sin medios, los médicos estuvieron al pie del cañón en la crisis sanitaria del Covid-19, poniendo en riesgo su vida. Un sacrificio que no sirvió para nada con este borrador.
«Es una ministra con un sesgo ideológico importante», afirma. «Está politizando lo que nunca debería politizarse; está muy alejada de la realidad, pero la respuesta médica no la esperaba», puntualiza. «Esta mujer no ha evaluado el grado de hartazgo, indignación y el ‘basta ya’ que todos los médicos de alguna forma estamos mostrando y que estaba escondido», apostilla.