Así se hace la auténtica pizza napolitana: receta sencilla y ganadora

La pizza napolitana es mucho más que una simple receta: es un arte, una tradición y un símbolo de Italia reconocido en todo el mundo. Su masa suave y esponjosa, su salsa fresca y su queso derretido crean una combinación irresistible que ha conquistado paladares durante generaciones. Pero, ¿cuál es el secreto para preparar una auténtica pizza napolitana en casa? La clave está en seguir los pasos tradicionales con ingredientes simples y de calidad. Con esta receta sencilla, podrás recrear este clásico italiano y sorprender a todos con un resultado digno de una pizzería napolitana.

La base de una buena pizza napolitana es, sin duda, la masa. El proceso de fermentación lenta es lo que le da esa textura ligera y burbujeante tan característica. Para lograrlo, necesitarás solo cuatro ingredientes: harina de fuerza, agua, levadura y sal. La paciencia es fundamental aquí, ya que la masa debe reposar al menos 8 horas, permitiendo que los sabores se desarrollen y que la estructura sea perfecta para hornear. Este paso no solo mejora el sabor, sino que también facilita la digestión.

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EL TOQUE FINAL: INGREDIENTES FRESCOS Y AUTÉNTICOS

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Una vez lista la masa, es momento de enfocarse en los ingredientes que llevarán tu pizza al siguiente nivel. La salsa de tomate debe ser simple pero deliciosa: utiliza tomates frescos o pelados en conserva, triturados a mano y sazonados solo con un poco de sal y unas hojas de albahaca. El queso mozzarella fresco es otro elemento clave; su cremosidad y sabor suave son incomparables. Evita sobrecargar la pizza con demasiados ingredientes, ya que la autenticidad de la pizza napolitana radica en su simplicidad.

Antes de hornear, asegúrate de que tu horno esté bien caliente. Si tienes acceso a un horno de leña, será ideal para replicar las condiciones tradicionales de cocción. Sin embargo, un horno doméstico precalentado al máximo con una piedra para pizza puede ofrecer resultados igualmente impresionantes. Coloca la pizza sobre la piedra caliente y cocina durante unos 8-10 minutos, vigilando que los bordes se doren y el centro quede perfectamente cocido. Al salir del horno, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas hojas frescas de albahaca completarán tu obra maestra.