La pizza napolitana es mucho más que una simple receta: es un arte, una tradición y un símbolo de Italia reconocido en todo el mundo. Su masa suave y esponjosa, su salsa fresca y su queso derretido crean una combinación irresistible que ha conquistado paladares durante generaciones. Pero, ¿cuál es el secreto para preparar una auténtica pizza napolitana en casa? La clave está en seguir los pasos tradicionales con ingredientes simples y de calidad. Con esta receta sencilla, podrás recrear este clásico italiano y sorprender a todos con un resultado digno de una pizzería napolitana.
La base de una buena pizza napolitana es, sin duda, la masa. El proceso de fermentación lenta es lo que le da esa textura ligera y burbujeante tan característica. Para lograrlo, necesitarás solo cuatro ingredientes: harina de fuerza, agua, levadura y sal. La paciencia es fundamental aquí, ya que la masa debe reposar al menos 8 horas, permitiendo que los sabores se desarrollen y que la estructura sea perfecta para hornear. Este paso no solo mejora el sabor, sino que también facilita la digestión.
1INGREDIENTES PARA LA MASA PERFECTA
Para preparar la masa de tu pizza napolitana, necesitarás ingredientes básicos pero de alta calidad. La harina de fuerza, con un alto contenido de gluten, es esencial para conseguir esa elasticidad que permite estirarla sin romperla. El agua debe estar tibia, idealmente a unos 30°C, para activar la levadura fresca o seca. Una proporción equilibrada entre harina y agua garantiza una masa hidratada y fácil de trabajar. Finalmente, una pizca de sal realzará los sabores sin interferir en la fermentación.
Es importante mezclar los ingredientes en el orden correcto: primero, disuelve la levadura en el agua, luego añade gradualmente la harina y, por último, la sal. Amasa hasta obtener una masa homogénea y déjala reposar en un lugar cálido, cubierta con un paño húmedo. Durante las horas de fermentación, la masa duplicará su tamaño, desarrollando ese aroma y textura que hacen de la pizza napolitana algo único. Una vez lista, divídela en porciones y forma bolas que reposarán nuevamente antes de estirarlas.
