Si hay una familia vinculada al Partido Demócrata de Estados Unidos ese es el clan de los Kennedy. Sin embargo, uno de los miembros más reconocidos de la saga ha pasado a ocupar un puesto clava en la Administración Trump. Robert Kennedy Jr. se ha convertido en el nuevo Secretario de Sanidad (equivalente a ministro en Europa). Que el sobrino de JFK sea parte del gobierno de Donald Trump no ha sido sorpresa para nadie ya que desde hace años ha apoyado su vuelta a la Casa Blanca. Sí lo ha hecho la cartera que le ha adjudicado Trump ya que Robert Kennedy Jr. tiene fama de ser negacionista del coronavirus.
Su alianza con el trumpismo ha provocado que su prima hermana Caroline Kennedy (hija del presidente asesinado y de Jackie) haya hecho una declaración pública en contra de Robert. “Somos una familia unida: nada de esto es fácil de decir”, empezó la única hija viva de JFK. “Tampoco fue fácil guardar silencio el año pasado, cuando Bobby expropió la imagen de mi padre y distorsionó el legado del presidente Kennedy para impulsar su propia campaña presidencial fracasada, y luego se arrastró ante Donald Trump para conseguir un puesto”, afirmó sobre la actitud de su primo.
“A diferencia de Bobby, yo intento no hablar en nombre de mi padre”, afirmó para inmediatamente después asegurar que tanto su padre como del Robert, el también asesinado Bobby Kennedy, estarían “asqueados” por las actitudes políticas de este.
LA EVOLUCIÓN DE ROBERT KENNEDY
Robert F. Kennedy Jr., es hijo del conocido como Bobby Kennedy, el hermano más cercado del asesinado John Fitzgerald Kennedy, que también murió asesinado en 1968, justo cuando estaba a punto de dar un salto a ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos.

En los últimos años el sobrino de JFK, abogado de profesión, fue muy crítico con la política de Joe Biden llegando a asegurar que Rusia debería ingresa en la OTAN y mostrarse partidario de un cercamiento con China. Más polémicas fueron sus posturas durante la pandemia del Covid-19 muy cercanas al mundo negacionista. Llegó a acusar a la Agencia de Protección Ambiental de estar en manos de «la industria petrolera, del carbón y de los pesticidas».
Sus críticas al globalismo y a la cultura Woke le hicieron acercar posturas con Trump y cuando se llegó a comentar que Kennedy se presentaría como independiente a la presidencia, finalmente decidió sumar filas con el trumpismo. De hecho, se unió a los seguidores de la teoría QAnon, que llegaron a reunirse masivamente en 2022 ante una posible resurrección del primo de Robert, el fallecido John John Kennedy. Un circo que fue el inicio de la fricción entre Robert y su prima Caroline.
LOS KENNEDY SIEMPRE EN LA VIDA POLÍTICA
En Estados Unidos lo más parecido a una dinastía real europea son los Kennedy. Su mezcla de glamour, intrigas, ambición y tragedias los hacen versiones americanas de los Borbones, los Medici o los Borgia. Carolina y Roberto son los últimos eslabones políticos de una cadena que nunca ha dejado de brillar en la vida estadounidense.

Mientras Caroline y su fallecido hermano John John siempre estuvieron en el punto de mira de la prensa del corazón se resistieron a dar el salto activo a la vida institucional. Caroline, criada en la Casa Blanca, optó finalmente por la vía diplomática y llegó a ser embajadora ante el Vaticano en los años de la administración Obama.
Robert Kennedy Jr., por su parte, ha devuelto el nombre del clan a las informaciones política. De hecho, ya se postuló como contrincante a Joe Biden en las primarias del Partido Demócrata. Sin embargo, su candidatura fue un fracaso y no contó ni siquiera con el apoyo de su familia.
Esta situación contrastaba con el apoyo familiar que recibió su tío Ted, el último de los hermanos de JFK que intentó seguir sus pasos para ocupar la Casa Blanca. Fue en 1980 y se presentó a unas primarias contra Jimmy Carter. Perdió y los votantes demócratas aseguraron luego que habría sido mejor opción que el presidente Carter que perdió la presidencia ante el republicano Ronald Reagan. Hoy otro Kennedy ha vuelto a formar parte de un gobierno estadounidense, pero para sorpresa de todos en un gobierno del Partido Republicano y en el de Donald Trump, nada menos