Aragón se luce con este pueblo medieval de película

Enclavado en el corazón del Pirineo aragonés, Roda de Isábena es un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento de hadas. Con apenas un centenar de habitantes, este rincón de la provincia de Huesca se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes de la historia, la arquitectura y los paisajes de ensueño. Su encanto medieval, perfectamente conservado, y su rica herencia cultural lo han posicionado como uno de los pueblos más bellos de España.

Roda de Isábena no solo destaca por su belleza, sino también por su historia única. Este pueblo, que ostenta el título de ser la localidad más pequeña de España con una catedral, es un auténtico tesoro que transporta a sus visitantes a otra época. Pasear por sus calles empedradas, rodeadas de murallas y edificios históricos, es una experiencia que no deja indiferente a nadie. Descubre por qué Aragón se luce con este pueblo medieval de película y todo lo que tiene para ofrecer.

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UN VIAJE EN EL TIEMPO: LA HISTORIA DE RODA DE ISÁBENA

Imagen de Ayuntamiento de Aragón

Roda de Isábena no es un pueblo cualquiera. Su historia se remonta al siglo X, cuando se convirtió en la sede episcopal del condado de Ribagorza, una de las regiones más importantes del Reino de Aragón en la Edad Media. Este hecho marcó el desarrollo del pueblo, que pronto se consolidó como un centro religioso y cultural de gran relevancia en la zona.

El corazón de Roda de Isábena es, sin duda, su catedral de San Vicente, una joya del románico que data del siglo XI. Este imponente edificio, que domina el paisaje del pueblo, es un testimonio vivo de la importancia histórica de la localidad. En su interior, los visitantes pueden admirar frescos, esculturas y un claustro que evocan la grandeza de su pasado. Además, la catedral guarda un curioso secreto: su tesoro fue robado en los años 70 por un famoso ladrón de arte, lo que añadió un capítulo intrigante a su historia.

A lo largo de los siglos, Roda de Isábena ha sabido preservar su esencia medieval, convirtiéndose en un destino único para quienes buscan sumergirse en la historia. Sus calles, sus edificios y su atmósfera transportan a los visitantes a una época en la que el tiempo parecía transcurrir de manera diferente, lejos del bullicio y las prisas de la vida moderna.

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