El año 2025 ha arrancado mediáticamente para la crónica de tribunales con el Caso Errejón. El día 16 de enero, con una hora y media de diferencia, declararon ante el juez titulador de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, tanto la denunciante, la actriz Elisa Mouliaá, y el denunciado, el exportavoz de Más País, Iñigo Errejón.
Tras salir a la luz los interrogatorios de Carretero muchos criticaron al magistrado por su interactuación con Elisa Mouliaá. Lo cierto es que el Juez Carretero siempre ha sido conocido por ser un magistrado especialmente incisivo. Conocido como “el del 47” le definen como implacable a la hora de aplicar sus decisiones ajustadas a derecho.
Otra característica de Adolfo Carretero es que no le gusta nada la relación con la prensa. Ironías de la vida, al magistrado siempre le han tocado en su trayectoria juicios con especial repercusión mediática. Los próximos días, además, se enfrentará de nuevo a la fase oral de una instrucción que también interesa, y mucho, a los medios de comunicación.
Se trata del caso de comisiones de mascarillas que compró en plena pandemia el Ayuntamiento de Madrid y que afecta a Alberto Luceño y a Luis Medina. El segundo es uno de los grandes protagonistas de la prensa del corazón en España.
DIEZ AÑOS DE PRISIÓN PARA LUIS MEDINA
El hijo de la modelo Naty Abascal y el fallecido Duque de Feria se enfrenta a una petición de prisión de nueve años y diez meses de prisión, y su su exsocio Luceño, a una de 15.
El instructor investiga una querella de la Fiscalía Anticorrupción por la presunta comisión de delitos de estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales, hechos que el magistrado ve «graves» al tener lugar «en el momento más álgido de la pandemia» cuando había «miles de fallecimientos diarios.
El fiscal Luis Rodríguez Sol, que firma la querella, sostiene que los comisionistas, con ánimo de obtener «un exagerado e injustificado beneficio económico», ofrecieron al Ayuntamiento de Madrid la posibilidad de adquirir «grandes remesas de material sanitario fabricado en China».
El hijo de Naty Abascal como intermediario obtuvo una comisión de un millón de euros, que destinó a la compra de un velero por 325.515 euros y a dos bonos de inversión por valor cada uno de 200.000 euros.
El sumario de la investigación destapó que días después de recibir las transferencias de la empresa malaya Leno, el aristócrata transfirió el dinero a una cuenta en Países Bajos, dejando una de sus cuentas prácticamente vacía y otra en números rojos.
LAS ACUSACIONES CONTRA LUIS MEDINA
El papel de Medina en la operación de compra-venta es de facilitador, según él mismo manifestó durante su declaración ante el fiscal. Fue la persona que contactó con el Consistorio, aprovechando su condición de personaje público y «su amistad con un familiar del alcalde de Madrid», según la querella del fiscal. Se le facilitó el nombre de Elena Collado, coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid.
En su declaración ante el fiscal, Luis Medina afirmó que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le «llamó o escribió para darle las gracias» por la donación de 283.000 mascarillas en los peores momentos de la pandemia, afirmando que «no tiene ninguna relación» con él.
«Yo del monto total si lo sumas, entre lo que se lleva él y lo que me llevo yo, yo me llevo menos de un 10% de comisión, que está dentro de lo normal», subrayó entonces.
«El asunto se dio por concluido y el Ayuntamiento se sintió satisfecho con la solución, por lo que ahora no pueden venir a quejarse de algo que dieron por válido y por lo que no interpusieron ningún tipo de reclamación, muy al contrario de lo que hicieron con la empresa Sinclair, a la que denunciaron por no tener la calidad suficiente las mascarillas compradas», subrayó el abogado.