La normativa española esconde un tesoro jurídico para los amantes del motor: aquellos vehículos clasificados como históricos con antigüedad superior a sesenta años desde su fabricación o primera matriculación, así como los ciclomotores clasificados como históricos con independencia de su antigüedad, quedarán exentos de someterse a la inspección técnica de vehículos. Esta excepción no es un capricho legislativo, sino un reconocimiento al valor patrimonial de automóviles y motocicletas que han sobrevivido al paso del tiempo. Para muchos, supone una liberación de los rigores anuales de la ITV, pero también implica una responsabilidad: mantener viva la esencia de máquinas que son, en sí mismas, fragmentos de historia rodante.
La clave reside en la categorización como «vehículo histórico», un sello que trasciende lo meramente administrativo. No se trata solo de eludir una revisión técnica, sino de preservar un legado industrial y cultural que define épocas y avances tecnológicos. España, con su creciente comunidad de coleccionistas, ha ido adaptando sus normativas para equilibrar seguridad vial y conservación. Sin embargo, el proceso para obtener esta clasificación no está exento de requisitos burocráticos y criterios estrictos, lo que convierte la exención de la ITV en un privilegio reservado a quienes demuestran un compromiso auténtico con la conservación.
3TRÁMITES Y REQUISITOS: EL CAMINO HACIA LA CATALOGACIÓN HISTÓRICA
Obtener el certificado de vehículo histórico es un proceso minucioso que combina burocracia y pasión por el automovilismo. El primer paso consiste en solicitar un informe técnico a un club oficial reconocido por la DGT, que avale el valor histórico del modelo. Este documento debe detallar su antigüedad, singularidad y estado de conservación, acompañado de fotografías de alta resolución que evidencien su autenticidad. Sin este aval, la solicitud no prosperará.
Posteriormente, se presenta la petición formal a la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente. Junto al informe del club, es obligatorio adjuntar la tarjeta de inspección técnica vigente, el permiso de circulación y la justificación del pago de la tasa regulatoria. La DGT dispone de un plazo máximo de seis meses para resolver, aunque en la práctica suele demorarse menos si la documentación es impecable. Una vez aprobado, el vehículo recibe una nueva tarjeta de circulación que especifica su condición de histórico.
La exención de la ITV entra en vigor inmediatamente tras la catalogación. No obstante, los propietarios deben mantener el vehículo asegurado y realizar revisiones periódicas no oficiales para garantizar su seguridad básica. Muchos optan por contratar seguros a todo riesgo específicos para históricos, que incluyen coberturas como asistencia en eventos o indemnización por valor de mercado clásico. Así, aunque la ley libera de la ITV, la responsabilidad hacia estos tesoros sobre ruedas permanece intacta.