El truco Michelin para identificar entre jamón ibérico y serrano antes de comprar

En España, el jamón es mucho más que un alimento: es un símbolo cultural, un orgullo nacional y una experiencia gastronómica incomparable. Sin embargo, para muchos consumidores, diferenciar entre un jamón ibérico y un jamón serrano puede ser un auténtico desafío, especialmente cuando se enfrentan a la amplia oferta disponible en el mercado. Aquí es donde entra en juego el truco Michelin, una técnica sencilla pero efectiva que promete ayudar a los compradores a tomar decisiones informadas antes de llevarse a casa una pieza de este preciado manjar.

El truco Michelin, inspirado en los estándares de calidad que caracterizan a la famosa guía gastronómica, se basa en observar y analizar ciertos detalles clave del jamón. Desde el color y la textura hasta el aroma y la grasa, este método permite distinguir con precisión entre un jamón ibérico y un serrano, garantizando que el consumidor obtenga exactamente lo que busca. A continuación, desglosamos este truco en detalle y exploramos cómo aplicarlo en tu próxima compra.

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EL COLOR Y LA TEXTURA: LA PRIMERA PISTA VISUAL

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Uno de los aspectos más evidentes para diferenciar entre un jamón ibérico y un jamón serrano es el color y la textura de la carne. Aunque ambos tipos de jamón son visualmente atractivos, presentan diferencias notables que pueden ser detectadas con un simple vistazo, siempre que sepas qué buscar.

El jamón ibérico, especialmente el de bellota, se caracteriza por un color rojo intenso, casi rubí, que denota su alta calidad y su proceso de curación prolongado. Además, su textura es suave y ligeramente brillante, gracias a la infiltración de grasa que se distribuye de manera uniforme por toda la carne. Por otro lado, el jamón serrano suele tener un tono más rosado, con una textura más firme y menos grasa visible, lo que refleja su origen y su método de curación más corto.

Para aplicar el truco Michelin, observa detenidamente la pieza de jamón antes de comprarla. Si el color es profundo y la grasa parece fundirse con la carne, es probable que estés ante un jamón ibérico. Si, en cambio, el color es más claro y la grasa está menos presente, se trata de un jamón serrano. Este análisis visual es el primer paso para identificar correctamente el tipo de jamón que tienes delante.

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