Así reinventa mi madre el cocido sin chorizo ni hueso de jamón

El cocido, ese plato emblemático de la gastronomía española, es un guiso que evoca tradición, familia y sabores reconfortantes. Sin embargo, cada hogar tiene su propia versión, adaptada a los gustos y preferencias de sus miembros. En esta ocasión, exploraremos la particular forma en que una madre reinventa el cocido, prescindiendo del chorizo y el hueso de jamón, y cocinando las carnes por separado, cada una con sus tiempos específicos.

Esta reinterpretación del cocido, lejos de ser una herejía culinaria, es una muestra de cómo la tradición puede adaptarse a las necesidades y preferencias actuales. La ausencia de chorizo y hueso de jamón no resta sabor al plato, sino que permite apreciar mejor el sabor de cada carne y verdura. La cocción por separado, por su parte, garantiza que cada ingrediente se cocine en su punto justo, logrando un resultado final más equilibrado y sabroso.

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EL SECRETO DE LAS CARNES COCINADAS POR SEPARADO

Foto: Freepik Premium

La clave de esta versión reinventada del cocido reside en la cocción por separado de las carnes, un método que permite controlar mejor los tiempos y evitar que unas carnes queden más cocidas que otras. En lugar de introducir todas las carnes juntas en la olla, se cocinan por separado, cada una con sus tiempos específicos, para lograr una textura y un sabor óptimos. Este proceso, aunque requiere un poco más de tiempo, garantiza un resultado final superior.

El pollo, por ejemplo, se cocina en una olla aparte, con agua, sal y unas hojas de laurel, hasta que esté tierno y jugoso. La ternera, por su parte, se cocina en otra olla, con agua, sal y unas verduras aromáticas, hasta que esté suave y fácil de desmenuzar. El tocino, en caso de utilizarse, se cocina también por separado, para evitar que suelte demasiada grasa en el caldo.

Este método de cocción por separado permite que cada carne conserve su sabor y textura característicos, sin que se mezclen los sabores ni se pierda la jugosidad. El resultado es un cocido más ligero y equilibrado, donde cada ingrediente tiene su protagonismo. Esta técnica, aunque poco convencional, es una muestra de cómo la innovación puede mejorar incluso los platos más tradicionales.

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