El responsable institucional del PNV, Koldo Mediavilla, ha afirmado que el ataque del PP a su partido por la devolución del edificio de París que le fue expoliado por la Gestapo, y la defensa patrimonial de los populares de «un botín de guerra», desvelan «la posición neofranquista en que Feijóo y los suyos han convertido al Partido Popular».
En una entrada en su blog, Mediavilla también se refiere a Junts, que votó contra el real decreto-ley por el cual se traspasaba al PNV el palacete de la Avenida Marceau –aunque los jeltzales ya lo habían registrado a su nombre–, para afirmar que, si «optó por la desmemoria, deberá asumir el malestar que ha generado su actitud» en la formación jeltzale.
En concreto, el miembro de la Ejecutiva del PNV define al portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, que comenzó la ofensiva contra los jeltzales por la devolución del edificio de París –utilizado como sede del Gobierno Vasco en el exilio–, como «la encarnación política de un ‘meme’, un vomitador de ocurrencias cuya principal virtud es ser un provocador sin más interés que complacer los oídos de quienes alimentan la dinámica tabernaria de descalificar al adversario».
«Y es que Miguel Tellado, que así se llama el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados ha crecido en el seno del Partido Popular gracias a su retórica de charlatán maleducado», añade.
Según relata, de joven militó en la izquierda nacionalista galega, «al lado de Xoxe Manuel Beiras, y su paso por una radio local dominada por el BNG, le acercó a las costas del PP, donde agudizó su ingenio para abrirse paso en una carrera meteórica le ha llevado, por su verbo desenfrenado e insultante, a la cúpula del partido de los genoveses».
El dirigente jeltzale alude al «derrape verbal permanente» de Miguel Tellado, que «parece indicar su necesidad meritoria de ser creativo para no perder la posición de referente en el principal partido de la oposición española».
Koldo Mediavilla recuerda que, «en el foco de su diana de lengua viperina, ha estado en esta última semana el PNV». De esta forma, critica que haya «manipulado el hecho de que, en virtud de la Ley de Memoria Democrática», la formación jeltzale haya conseguido la devolución del inmueble parisino de Avenue Marceu, incautado y expropiado por los nazis y entregado al Gobierno de la dictadura franquista.
Ante esto, recuerda que Tellado ha articulado «un discurso acusador infame». «A su delirante juicio, el PNV se ha convertido en el partido ‘aprovechategui’, ‘partido rentista del Estado’, que solo busca hacer caja en un comportamiento miserable y asqueroso», manifiesta.
Para Mediavilla, «las palabras del portavoz del PP solo pueden generar vergüenza ajena y consternación», además de «cabreo ante la falta de respeto inconcebible de un dirigente torpe e incapaz». Se trata, en su opinión, de «un pirómano encargado de dinamitar los escasos puentes existentes entre el nacionalismo vasco y la derechona española, escorada a más no poder hacia el extremo».
«EL ATREVIMIENTO Y LA IGNORANCIA» DE DE ANDRÉS
«Podría parecer que las palabras de Tellado fueran privativas del portavoz meritorio. Pero, para meritorio, Javier de Andrés, es exponente genuino del atrevimiento, cuya madre, la ignorancia, exhibe a pecho descubierto», destaca.
En concreto, alude a que el presidente de los populares vascos, «intentando justificar lo injustificable», llegara a decir el pasado jueves que «no hay razón alguna de que ese palacio vaya al PNV, porque nunca fue del PNV, se pagó con dinero del Gobierno Vasco».
«Pese a que todas las pruebas, todas las evidencias incluidas en el informe aprobado por el Gobierno del Estado digan lo contrario, pese a que sea incontestable que la compra del inmueble con fondos propios por militantes del PNV se produjera antes de que existiera tan siquiera el Gobierno vasco o se aprobara el Estatuto de Autonomía, De Andrés certifica con aplomo falsificador de la verdad todo lo contrario, y amenaza con denunciar al PNV por ‘financiación irregular’. Hay que ser patán», asegura.
Por ello, acusa a Tellado y De Andrés de estar, no solo «en la dinámica de la calumnia», sino que fue «su jefe, Alberto Núñez Feijóo quien avaló el mensaje de crispación y ataque al PNV», al afirmar que el partido jeltzale «es un satélite más del PSOE y, por eso, es imposible hablar» con el nacionalismo vasco, porque «solo tiene intereses particulares».
«JUSTICIA HISTÓRICA»
«La bravuconería, la descalificación o el insulto generan cabreo, pero mucho peor que la indignación por sentirse agredido está el fondo de la cuestión. Y en este caso, el fondo la controversia estriba en que el PNV solamente ha reclamado justicia histórica ante el expolio de su patrimonio ahora recuperado», asevera.
En esta línea, cree que no hay que perder de vista «que la tropelía la ejecutó, ni más ni menos que la Gestapo, y el robo fue asumido posteriormente por la dictadura franquista». «¿Acaso el PP cree legitimado el saqueo patrimonial protagonizado por los nazis y asumido por el franquismo?, ¿cree asumible el PP la represión y el castigo político de la dictadura justificando y amparando la incautación de un inmueble?», pregunta.
Koldo Mediavilla considera que «las acusaciones vertidas por el PP contra el PNV, su defensa patrimonial de un ‘botín de guerra’, desvelan la posición neofranquista en que Feijoó y los suyos han convertido al Partido Popular; una posición incompatible con la democracia y especialmente con los nacionalistas vascos».
«La actual deriva del PP anuncia tiempos complicados para todos, sobre todo si Feijóo, Tellado y compañía alcanzan su objetivo y, con campañas tan sucias como las protagonizadas hoy, consiguen acceder al Gobierno del Estado», indica.
En su opinión, la polémica del ‘palacete de Marceu’ «no ha sido inocua ni tan siquiera estética», sino que «ha sido mucho más porque en ella el PP ha dejado ver su alma más oscura».
«PESADUMBRE EN EL PNV» POR JUNTS
Por otro lado, apunta que «las posiciones de cada cual en relación a la devolución patrimonial de los bienes confiscados por el franquismo, han provocado una segunda reacción de pesadumbre en el PNV».
«La desmemoria es un mal de nuestro tiempo. Digo esto porque, aún entendiendo las razones que ha podido tener Junts para echar abajo el último decreto ‘ómnibus’ que el Gobierno español presentaba en el Congreso para su convalidación, en el PNV hemos sentido el amargor de las consecuencias de tal ‘castigo’ parlamentario por el rechazo implícito que el voto negativo tuvo en la no ratificación de la devolución del patrimonio histórico incautado por el franquismo a los nacionalistas vascos», subraya.
Mediavilla asevera que, si Junts, «para votar como lo hizo, optó por la desmemoria, deberá asumir el malestar que su actitud ha generado en el PNV». «Porque el palacete de Avenue Marceu que se sometía a devolución histórica, es y era legitimidad democrática del PNV, del mismo PNV que acompañó al president Companys camino del exilio cuando el resto de fuerzas políticas le dejaron solo al final de la guerra», añade.
Se trata, tal como apunta, del mismo PNV «que compartió con él zozobra vital y política camino a Perpiyná». «Y bien que lo compartimos como víctimas igualmente cuando el verano del año 40, con la ocupación alemana de Francia sentimos la represión de la Gestapo y de los nazis, y Companys fue detenido y deportado a la España franquista para ser posteriormente fusilado por los mismos que asaltaron el palacete parisino y lo entregaron a la dictadura». «¡Que pena de desmemoria!», concluye.