El 9 de agosto de 2024 Salvador Illa era investido president de la Generalitat catalana por el parlament. Ese día también incluía una novedad en su larga trayectoria política. Por primera vez, su mujer Marta Estruch rompía su norma de invisibilidad para acompañar a su marido en su investidura. Sin embargo, una vez más la mujer del presidente consiguió pasar desapercibida. Si bien, por un acto inesperado. La visita fugaz y posterior huida de Carles Puigdemont.
La mujer del político hasta entonces había conseguido sortear el interés público que podía despertar estar unida al hombre que devolvió el triunfo al PSC. Ya en 2021, cuando Illa ganó las elecciones catalanas, pero no pudo formar gobierno, el nombre de Marta salió a la palestra. Iba a ser la ‘primera dama’ catalana. Sin embargo, el sueño de Illa no se consiguió hasta 2024.
Unos días antes de la toma de posesión de su esposo Vanitatis trazaba un perfil sobre ella en el que hablaban personas de su entorno como su hermana Susana quien lanzaba un consejo ante el cambio de vida que avecinaba: «Que aproveche ahora que puede mantenerse en el anonimato, que si su marido gana las elecciones podría llegar a ser la primera dama de Cataluña y entonces no se libra».
Una advertencia que en parte se ha hecho realidad. Marta sigue siendo una desconocida en gran parte, pero ha tenido que combinar su tendencia al anonimato con su presencia en actos institucionales. Así, desde 2021 ha estado al lado de Salvador Illa en momentos como los Premios Ondas, las fiestas de Sant Jordi, actos en La Vanguardia y su imagen es habitual en las redes sociales.
LA VISITA DE ILLA AL PAPA
Hasta entonces su imagen era inexistente. La primera foto pública de ella fue en el verano de 2021 cuando Illa había dejado el ministerio de Sanidad. El tener que lidiar con la pandemia del Coronavirus le convirtió en uno de los titulares de Sanidad más famoso de la pandemia. Cuando dejó el Ejecutivo para ser el candidato socialista a la Generalitat catalana la pareja fue fotografiada en un pueblo de Teruel ese verano junto a su gran amigo Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y expresidente de la Conferencia Episcopal. Uno de los hombres del Papa Francisco en España.
Illa y Estruch comparten fe católica y acudieron a una muy publicitada visita al Pontífice en la Sana Sede. Una visita muy comentada por la postura conciliadora del Papa Francisco con la situación política en Cataluña.
Más allá de estos casos, Marta Estruch ha conseguido tener una vida lejos de la repercusión política de su marido. Viven desde hace años en el municipio La Roca del Vallés, localidad de la Illa fue alcalde en su día. Viven una casa muy cercana al centro del pueblo con un jardín amplio.
COMPAÑERA DE TRABAJO DE ANA URDANGARIN
Marta Estruch es experta en marketing para Nestlé. Trabaja en la sede que la empresa helvética tiene en la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat. En esta empresa comparte trabajo con Ana Urdangarin, hermana de Iñaki, posiblemente la hermana del exduque que más expuesta ha estado a los medios de comunicación contra su voluntad. Fue durante los peores años del exmarido de la Infanta Cristina un de los anclajes.
Según algunos medios de comunicación no sería la única ilustre con la se relaciona Marta Estruch ya que también es íntima amiga de Begoña Gómez, la del presidente del Gobierno.
Por el momento, Marta Estruch no ha seguido la estela de Mata Ferrusola, la más mediática de las ‘primeras damas’ catalanas. Un legado que sí siguió, por ejemplo, Janina Juli, la esposa de Pere Aragonés. Su actitud está siendo más parecida a la de Anna Hernández, esposa de José Montilla o Diana Garrigosa, la mujer de Pasqual Maragall.
