Las series policiales, en especial las que narran acontecimientos que ocurrieron en la vida real, lograron convertirse en uno de los furores dentro del terreno del streaming internacional; Netflix, a mediados del 2024, logró quitarle a Prime Video los derechos de transmisión de una icónica serie de suspenso y policial, que deja al descubierto los secretos de la vida de una persona que logró dejar una huella importante dentro de la historia de los Estados Unidos, que logró convertirse en una de las 50 mejores series del siglo XXI.
Esta propuesta de Netflix, lleva varios años dentro del terreno de la televisión y del streaming internacional y solo tiene dos temporadas, lo que ha generado que los fanáticos de esta, realicen diferentes campañas para que los responsables detrás de ella, un reconocido director norteamericano y una célebre actriz hollywoodense, vuelvan a retomar las riendas del proyecto; en las últimas semanas, luego de recibir por años la presión de los fanáticos, la producción de la serie ha confirmado cuáles son los términos que se deben cumplir, para que en un futuro finalmente llegue la tan esperada tercera temporada.
3Una serie que sigue la vida y el trabajo de personas reales del pasado
Los personajes de este exitazo de Netflix, son una representación de Robert Ressler y John E. Douglas, los verdaderos agentes del FBI que lograron cambiar el rumbo de las investigaciones criminalísticas; Ressler, quien pasó diez años de su vida dentro del ejército de los Estados Unidos, trabajó dentro de la agencia de investigación durante 20 años y logró convertirse en profesor de criminología del organismo, mientras que Douglas comenzó su carrera dentro del FBI como francotirador, pero luego de demostrar sus habilidades, sus superiores lo transfirieron a la Unidad de Análisis de la Conducta, donde le enseñó a sus compañeros, métodos modernos de negociación para utilizar con los criminales.
En 1977, Douglas y Ressler unieron fuerzas y comenzaron un recorrido que los llevó a entrevistar a peligrosos asesinos como lo fueron Ted Bundy, Jeffrey Dahmer o John “el payaso Pogo” Wayne Gacy, con el fin de generar nuevos perfiles criminales; gracias a su trabajo, el FBI obtuvo nueva información y teorías para extender el perfil de “los asesinos en serie”, forjando dos clasificaciones, las cuales eran una novedad para la época: los asesinos seriales organizados (quienes demuestran una lógica y secuencia en sus actos) y los asesinos seriales no organizados (los que realizan actos impulsivos y presentan signos de psicosis o esquizofrenia).