Un informe final de más de 500 páginas presentado el 4 de diciembre de 2024 por el Subcomité sobre la Pandemia del Coronavirus, Covid-19, ante la Cámara de Representantes de Estado Unidos recoge en su apartado VI que el «sistema de notificación de efectos adversos de las vacunas es insuficiente y no es transparente».
El comité de expertos encargado por el Congreso de los Estados Unidos analiza a partir de la página 349 de las 500 de que consta el citado informe las «posibles deficiencias de los sistemas de vigilancia». El documento se refiere a los sistemas sanitarios de vigilancia activa (CDC y FDA) y pasiva (VAERS) sobre el efecto de las vacunas.
Los expertos pusieron en conocimiento del Congreso de Estados Unidos que «la pandemia de Covid-19 expuso algunas posibles deficiencias y problemas de estos sistemas. Por ejemplo, a mediados de 2021, surgieron preocupaciones de que los CDC (Centers for Disase Control and Prevention) y la FDA (Food and Drugs Administration) no pudieron utilizar con éxito sus sistemas de vigilancia para identificar rápidamente un mayor riesgo de miocarditis en varones jóvenes que recibieron la vacuna de Pzifer contra la Covid-19, algo que otros países, incluidos Israel y Francia, sí pudieron reconocer».
El escrito continúa que «en concreto, el 17 de mayo de 2021 los CDC (Centros de control de enfermedades) informaron que «las tasas de informes de miocarditis en el período posterior a la vacunación contra la Covid-19 no han diferido de las tasas iniciales esperadas». Una semana después y a raíz de los informes del Ministerio de Salud de Israel, los CDC revirtieron su postura al decir que las tasas eran «más altas» de lo esperado».
VACUNAS CONTRA EL COVID
El sistema VAERS norteamericano aunque «ha estado en funcionamiento desde 1990, se convirtió en una fuente de controversia importante por primera vez con el lanzamiento de las vacunas contra la Covid-19 a fines de 2020 y principios de 2021. Durante este tiempo circularon muchas publicaciones en las redes sociales que llamaban la atención sobre las alarmantes cifras de muertes y eventos adversos asociados con las vacunas contra la Covid-19. Estas publicaciones pronto fueron recibidas con una avalancha de artículos de verificación de datos que las refutaban», recoge el citado documento.
Continúa el informe del Congreso de los Estados Unidos advirtiendo de que «posiblemente las cifras más alarmantes sean las comparaciones entre las vacunas contra la Covid-19, que solo han estado ampliamente disponibles desde principios de 2021, y todas las demás vacunas combinadas desde 1990».
La cuestión para los expertos es que «cualquier persona puede enviar un informe al VAERS, y estos informes se publican automáticamente y están disponibles públicamente. Por lo tanto, es probable que no se haya demostrado que un informe del VAERS haya sido causado por una vacuna. Sin embargo, la gran discrepancia al comparar las vacunas contra la Covid-19 durante tres años con todas las demás vacunas durante más de 30 años plantea serias preocupaciones. De conformidad con la EUA para las vacunas contra la Covid-19, los fabricantes y proveedores estaban obligados a informar a VAERS de los eventos adversos graves independientemente de la prueba de atribución».
Sobre el funcionamiento del sistema VAERS, los expertos recogieron datos del British Medical Journal (BMJ), que informaba en noviembre de 2023 de que «la dotación de personal de VAERS probablemente no estaba a la altura de las exigencias de revisar los graves informes presentados, incluidos los informes de muertes» y además contaban que «Pfizer tiene alrededor de 1.000 empleados más a tiempo completo trabajando en la vigilancia de las vacunas que los CDC». El journal destacaba que «otros países han reconocido muertes que fueron «probablemente» causadas por las vacunas contra el Covid-19, pero los CDC solo han reconocido muertes causadas «causales» por las vacunas contra el Covid-19, lo que puede ser una señal de que el sistema está gravemente abrumado».
EL VAERS PARA LUCHAR CONTRA EL COVID
La comisión presentó como prueba una entrevista al doctor Patrick Whelan realizada el 21 de marzo de 2024, donde se le preguntaba si «¿cree que es apropiado almacenar todas las posibles actualizaciones y correcciones del VAERS en una base de datos no pública?». La respuesta abreviada fue que «hay mucha confianza en la comunidad médica, pero también en el público en general, en que algo está sucediendo detrás de escena cuando no se puede ver directamente. Y creo que, en segundo lugar, la gente era muy consciente de que no tenía ese tipo de seguimiento de la vacunación en general que esperamos, por ejemplo, de nuestros pediatras, donde hay una enfermera que llama la mañana siguiente y se asegura de que su hijo está bien. y, quiero decir, mi propia sensación es que realmente necesitábamos un mecanismo de vigilancia mucho más proactivo, y creo que muchos de nosotros entendemos que la FDA estaba bajo una enorme presión y también que era una tarea abrumadora».
Además, para poner a prueba el sistema de seguimiento «un médico de los CDC, el doctor Paul Offit, contó la historia de otro colega que, para demostrar algo, presentó con éxito un informe de VAERS diciendo que «se vacunó y se convirtió en el increíble Hulk». Pero sorprendentemente la directora Walensky testificó ante el Subcomité encargado de redactar este documento en junio de 2023 y dijo que «los CDC tenemos la responsabilidad de revisar cada uno de ellos (los informes de VAERS) para revisarlos»», recoge el informe del Congreso de los EEUU.
