La irresponsabilidad de Casa Real de organizar el acto de Paiporta en el que Pedro Sánchez fue agredido con un palo por la espalda fue el inicio del divorcio total que están haciendo visible Moncloa y Zarzuela.
Es la primera vez que existe tanta distancia emocional entre ambos palacios. A este hecho ayuda el profundo desprecio que se dispensan el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares y el nuevo jefe de Casa Real y ex jefe de Gabinete de la ministra del mismo ramo Arancha González Laya, Camilo Villarino.
La sobreactuación del sanchismo sobre el plantón de Felipe VI en la reapertura de Notre Dame, vendido por Zarzuela como un malentendido que el jefe del Estado intentó compensar con un teatral aparte con Sánchez durante la conferencia de presidentes autonómicos, tampoco ayudó a mejorar las relaciones.
El último conato de tensión se ha producido con la negativa de Felipe VI a acudir a la inauguración de los actos por el medio centenario de la muerte del dictador fascista Francisco Franco.
El Gobierno se molesta por el ‘no’ del monarca, pero parte de la izquierda se frota las manos porque creen que el jefe del Estado no deja de ser el nieto político de Franco y estos problemas de agenda evidenciarían su incomodidad a posicionarse contra el franquismo. 4
ES LA GUERRA, MEDIÁTICA
Los medios afines al PSOE están mostrando que Sánchez vuelve a distanciarse con Zarzuela, tal y como ocurrió cuando su entonces vicepresidenta Carmen Calvo forzó la salida de España a Juan Carlos de Borbón (que obscenamente se convirtió en un apátrida fiscal en una teocracia como Abu Dabi).
Eldiario.es aireó el enfado socialista con Zarzuela por el acto de Paiporta y el mismo medio ha señalado que Villarino está agudizando el perfil conservador del monarca. El País, por su parte, ha subrayado algunos defectos del hijo de Juan Carlos I.
Por contra, medios como ABC, La Razón, El Confidencial (con José Antonio Zarzalejos a la cabeza) o El Confidencial Digital se han prestado a socorrer a Felipe VI, cariacontecido tras protagonizar el mensaje navideño menos visto en los últimos 5 años con menos de 6 millones de espectadores.
El monarca también es fuertemente defendido por medios digitales de extrema derecha, que han preferido pasar por alto sus palabras en favor de ser solidarios con la inmigración (que provocaron que Vox, por primera vez, se negase a calificar el mensaje).
LOS SOCIOS DEL GOBIERNO ARREMETEN CONTRA FELIPE VI
El nuevo coordinador general de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, se está mostrando implacable contra el monarca. «El problema no es de Felipe VI, que sabe de dónde viene, a quién sirve y quién lo apoya, sino del PSOE que lo sostiene», ha escrito tras conocerse la negativa del Borbón a acudir a un acto contra Franco.
Sobre las palabras navideñas de Felipe de Borbón, el sustituto de Alberto Garzón aseguró que «muestran el enfoque de parte que viene realizando hace tiempo, alejado de cualquier ecuanimidad en los asuntos más relevantes de nuestro país y que más afectan a la gente».
Maíllo que cada vez se nota que existe «un jefe de Estado cada vez más político y menos institucional»., que es «incapaz de empatizar y mucho menos tratar de ahondar en las causas de problemas importantes como la crisis de la vivienda, donde elude ni una mínima referencia a la rapiña, a la especulación o a que estamos ante un derecho inalienable a la dignidad humana, reconocido hasta por esa misma Constitución a la que tanto recurre para otros temas».
«Nos parece (asegura) que estamos ante una institución que ha decidido atravesar de manera oblicua sus competencias para alinearse con la parte más conservadora de la sociedad y bordear permanentemente el límite de sus atribuciones constitucionales», añadió.
El líder de IU lamenta sus silencios sobre la violencia machista, el genocidio en Palestina o el cambio climático. Maíllo lamenta que «Felipe de Borbón prefiere dejar a un lado cualquier observación sobre su origen y alcance en los constatados fallos de prevención o en la misma crisis climática, y prefiera encaramarse en el cómodo pedestal de observador privilegiado y paternalista», remató.