Los guardias civiles se congelan con la llegada del frío porque no tienen ropa de abrigo

Muchos de los guardias civiles que prestan servicio en el norte de España van a pasar frío estos días porque no disponen de ropa de abrigo adecuada. La asociación profesional Independientes de la Guardia Civil (IGC) ha vuelto a constatar que a pesar de haber solicitado en repetidas ocasiones a la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC) la dotación de uniformidad específica para climatología adversa para aquellas unidades que prestan servicio en demarcaciones que superan los 1.000 metros de altitud o que se enfrentan durante el período invernal a temperaturas especialmente frías, todavía siguen sin ropa de abrigo adecuada.

Es cierto que por parte de la DGGC se ha dotado de uniformidad específica para climatología adversa solo a determinadas unidades específicas de montaña, pero, pese a los continuos requerimientos, los guardias destinados en seguridad ciudadana en municipios donde la temperatura es congeladora continúan desempeñando sus cometidos profesionales a la intemperie con la misma dotación de uniformidad que los guardias civiles destinados en Canarias o Andalucía, cuando dicha uniformidad debiera estar adaptada de forma específica a la zona geográfica en que éstos desempeñan sus cometidos profesionales.

Debido al evidente contraste térmico existente entre las distintas regiones de España, consideran que no se puede dotar de las mismas prendas a los agentes destinados en un lugar con temperaturas bajo cero que a los destinados en regiones con climas más suaves. Una lógica evidente, que no termina de calar en la DGGC.

GUARDIAS CIVILES EN ALTURA

Por ello desde IGC consideran que aquellos guardias civiles que realizan servicios en una demarcación situada a más de 1.000 metros de altitud o que sufran a lo largo del invierno temperaturas extremadamente frías necesitan estar en posesión de prendas de uniforme adecuadas de forma exclusiva para desempeñar su trabajar bajo situaciones climatológicas extremas y así lo han reiterado a lo largo de los últimos años a través de las distintas reuniones mantenidas entre Independientes de la Guardia Civil (IGC) y la DGGC.

Cada año, con la llegada de los primeros temporales de agua, nieve y frio que dejan aislados a pueblos y a una gran cantidad de ciudadanos en situación de apuro, no se puede permitir que los guardias civiles encargados de prestar su auxilio se enfrenten a estas complicadas situaciones sin una uniformidad impermeable, abrigada y carente de capucha para la lluvia.

La falta de idoneidad en las prendas de abrigo de los guardias civiles llega hasta los mismos guantes de dotación, fabricados con material de forro polar, que a la media hora de servicio en días de nieve o lluvia están empapados. De la misma manera, la prenda de dotación para la cabeza es una gorra con visera, muy útil para los días de sol, pero totalmente inservible en estos días fríos que hacen que las orejas de los agentes queden a la intemperie con temperaturas bajo cero.

Si a todas estas deficiencias y carencias de material se suma que en muchas ocasiones los servicios son en la vía pública durante 8 horas o más, «provoca que los guardias civiles lleguen a sus casas en condiciones indignas para cualquier trabajador, cosa que no parece tenerse en suficiente consideración por ninguna unidad de prevención de riesgos laborales del Cuerpo. Unidad que también parece ignorar que por nuestro modelo de jornada a turnos hace que muchas noches los agentes vuelvan al trabajo con la ropa de la mañana sin secar», añaden desde IGC.

Según el portavoz nacional de IGC, Daniel Fernández, «desde la DGGC han trasladado a las asociaciones representativas de guardias civiles que la ausencia de material de abrigo es una excepcionalidad puntual que afecta solo a una pequeña parte de agentes, y han achacado esta disfunción a la dificultad y la lentitud que conlleva el proceso de adquisición, que está sujeto a licitaciones públicas para la posterior fabricación de dicha uniformidad por parte la empresa resultante. Un proceso, indican, que puede llegar a demorase dos años sumando todas las fases del proceso, con el consiguiente retraso en la dotación de prendas de abrigo a todo el personal».

En este sentido, IGC indica que «se debe hacer una mejor previsión por parte de la DGGC para asegurar la disposición de suficiente stock de uniformidad en sus almacenes centrales para poder surtir en todo momento y de forma efectiva a todos los agentes».