José Luis Perales es un nombre que resuena en la memoria colectiva de varias generaciones. La voz, cálida y emotiva de este cantante y compositor español ha acompañado momentos inolvidables con canciones que se han convertido en auténticos himnos, como «Y cómo es él», «¿Y cómo es él?», «Te quiero» o la icónica «Un velero llamado libertad».
Pero, detrás del artista que ha vendido millones de discos y conquistado corazones en España y Latinoamérica, se esconde un hombre polifacético con una profunda sensibilidad artística que se extiende más allá de la música. Hoy, exploramos la vida y obra de este cantautor conquense, descubriendo sus pasiones ocultas y la riqueza de un legado que continúa inspirando mientras se acerca su 80º cumpleaños.
La trayectoria en la música de José Luis Perales
Nacido un 18 de enero de 1945 en Castejón, Cuenca (donde fue nombrado hijo adoptivo), José Luis Perales comenzó su carrera musical componiendo para otros artistas. Su talento innato para la melodía y la letra pronto lo catapultó a la fama, convirtiéndolo en uno de los cantautores más importantes de España y Latinoamérica. Con más de 27 producciones musicales y 55 millones de copias vendidas, su música ha trascendido fronteras y generaciones, dejando una huella imborrable en la historia de la música en español.
Desde sus inicios en la década de los 70 hasta su última gira, «Baladas para una despedida» en 2022, Perales ha demostrado una constancia y una pasión por su arte que le han valido el reconocimiento y el cariño del público, incluso aunque en ocasiones haya tenido que desmentir su propia muerte.
Retirado ya de los escenarios, José Luis Perales disfruta de la tranquilidad de su Cuenca natal junto a su esposa, Manuela Vargas, con quien se casó en 1977, y sus dos hijos, Pablo, productor musical, y María, diseñadora de interiores. Pero la tranquilidad no significa inactividad. Lejos de los focos, Perales cultiva otras pasiones que revelan una sensibilidad artística que va más allá de la composición musical.
Un corazón arqueológico y un taller de cerámica
En 2019, José Luis Perales participó en la excavación del mosaico figurativo de Noheda, uno de los mosaicos romanos más grandes y mejor conservados del mundo, situado a pocos kilómetros de su hogar. Esta experiencia, que él mismo describió como emocionante, demuestra su profundo interés por la historia y el patrimonio de su tierra. «Estoy totalmente emocionado, no soy arqueólogo, pero sí admirador de la belleza en todos los campos», declaró Perales, revelando una faceta desconocida para muchos de sus seguidores.
Perales tiene su propio taller de cerámica donde da rienda suelta a su creatividad
La cerámica es otra de las grandes pasiones de José Luis Perales. Tiene su propio taller rodeado de arcilla y herramientas, donde da rienda suelta a su creatividad, moldeando piezas de distinto tipo que regala a familiares y amigos. Su interés por este arte milenario surgió tras una visita al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, donde quedó fascinado por las obras del Grupo de Cuenca, formado por artistas como Fernando Zobel, Gustavo Torner y Gerardo Rueda.
Posteriormente, en el Museo Británico, descubrió la terra sigillata, la técnica con la que los romanos elaboraban sus vasijas y ánforas, y decidió incorporarla a su propio trabajo. Aunque se define a sí mismo como un «artista imperfecto», quienes lo han visto trabajar destacan su talento y dedicación.
Un legado en la música y una vida tranquila
Y es que José Luis Perales es mucho más que un compositor y cantante. Es un artista en el sentido más amplio de la palabra, un hombre que encuentra la belleza en diferentes formas de expresión, desde la música hasta la cerámica, pasando por la arqueología. Su sensibilidad, su humildad y su pasión por el arte lo convierten en una figura admirable, un ejemplo de cómo la creatividad puede enriquecer la vida y conectar con los demás.
Sus canciones, convertidas en la banda sonora de la vida de millones de personas, son solo una parte de un legado mucho más amplio, un legado que habla de amor, de nostalgia, de la belleza de las cosas sencillas y de la importancia de seguir cultivando las pasiones que nos hacen vibrar. José Luis Perales, el hombre detrás de las canciones, nos invita ahora a navegar por las aguas tranquilas de su vida, descubriendo la riqueza de un espíritu inquieto y creativo que continúa inspirando.
