Salamanca esconde una gran joya entre sus montañas que se convierte en el destino perfecto para disfrutar de un fin de semana de enero: el pintoresco pueblo de La Alberca. Este municipio, ubicado en la Sierra de Francia, fue el primero de España en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico, un reconocimiento que se percibe en cada una de sus calles y fachadas. Recorrer sus rincones es como retroceder en el tiempo, gracias a una arquitectura que respira historia y autenticidad.
1Historia, arquitectura y tradiciones diferentes en este impresionante pueblo de Salamanca

La plaza Mayor de La Alberca es el corazón de este pueblo salmantino y alberga algunos de sus elementos más imprescindibles. Aquí se entrelazan las tradiciones con la arquitectura típica de la región, que combina piedra, adobe y madera, creando un entramado visual único. Además, aquí es posible encontrar un curioso hábito local, y es que durante todo el año podrás encontrar turrón, perpetuado por las famosas turroneras, quienes también tienen un homenaje en Salamanca capital.
Entre los monumentos más emblemáticos de La Alberca, destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una obra del siglo XVIII diseñada por Manuel de Lara Churriguera. Este templo, sobrio y neoclásico, sorprende en su interior con un púlpito policromado del siglo XVI que merece una visita detenida. A su alrededor, el pueblo revive antiguas tradiciones como la del Marrano de San Antón, un cerdo que pasea libremente por las calles hasta ser sorteado el 17 de enero.