En los últimos años, el interés por los suplementos naturales ha crecido exponencialmente, y con ello la proliferación de productos que prometen soluciones rápidas y efectivas para problemas de salud comunes, como el sobrepeso y la diabetes. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una alerta sobre uno de estos suplementos que ha cobrado popularidad: la berberina, a menudo llamada “Ozempic Natural”. Sin embargo, a pesar de su origen vegetal y sus supuestas propiedades beneficiosas, la OCU ha destacado que este producto conlleva riesgos significativos para la salud.
La berberina es un alcaloide que se encuentra de forma natural en varias plantas, principalmente en arbustos de la familia de las Berberidáceas. Durante siglos, se ha utilizado en la medicina tradicional china y ayurvédica gracias a sus propiedades terapéuticas. En Europa, la berberina se comercializa como complemento alimenticio, pero su inclusión en este mercado no implica que sea totalmente segura. A medida que la OCU profundiza en sus posibles efectos farmacológicos, se hace evidente que su uso indiscriminado puede traer consigo efectos adversos que merecen ser tenidos en cuenta.
5MUCHO MÁS QUE UN SUPLEMENTO ALIMENTARIO
Uno de los aspectos más preocupantes es que, a pesar de sus efectos farmacológicos, la berberina no se comercializa como un medicamento, sino como un complemento alimenticio, lo que la excluye de las regulaciones rigorosas a las que están sometidos los fármacos. Esto significa que no hay una evaluación previa de la eficacia o la seguridad de la berberina como sería requerido para un medicamento.
En Europa, para que un producto se considere un medicamento, debe pasar por un proceso de evaluación que garantiza su calidad, eficacia y seguridad. Sin embargo, los complementos dietéticos como la berberina carecen de este tipo de supervisión, lo que pone a los consumidores en una situación vulnerable. La OCU insiste en que productos con efectos farmacológicos conocidos no deberían ser comercializados como suplementos, ya que esto engaña a los consumidores sobre la naturaleza de estos productos y los riesgos que pueden conllevar.
La OCU no se equivoca al señalar que no todo lo que se presenta como «natural» es seguro. A pesar de que la berberina proviene de fuentes vegetales y tiene un historial de uso en medicina tradicional, su inclusión en el mercado como complemento alimenticio puede llevar a los consumidores a subestimar sus efectos farmacológicos y los riesgos asociados. La falta de regulación efectiva y el uso indiscriminado pueden resultar en serias implicaciones para la salud.