María Jesús Montero resucita al nacionalismo andaluz, apropiado por Adelante Andalucía y Por Andalucía (Podemos), para tratar de ensanchar la base y fagocitar a los partidos de izquierda con representación en el Parlamento de la región.
La estrategia de la actual ministra de Hacienda se centrará en dar alas al «autogobierno», comparando a Andalucía con Cataluña, como una autonomía histórica se tratara y a pesar de estar dentro del régimen común.
Con esta reivindicación, Montero siembra una semilla que parecía germinar de cara a las elecciones europeas, cuando Podemos obtuvo el 2,9% de los votos, una cuota que habría reducido casi al empate técnico la brecha entre el PP, ganador de aquellos comicios, y el PSOE. Los ‘morados’ han tratado de fortalecer sus bases bajo la premisa de que Andalucía debe tener un trato singular y diferencial al ser una comunidad histórica, tratando de divulgar el relato nacionalista tan enquistado en Cataluña, País Vasco y parte de Galicia.
Montero tendrá como contrincante a Luis Ángel Hierro, quien se opone a convertir al PSOE andaluz en un satélite más del ‘sanchismo’ y a las órdenes de Ferraz. Hierro trató de auparse a lo más alto de la dirección del PSOE-A en 2021, pero Moncloa y Ferraz se opusieron de plano, manteniendo a Juan Espadas como el principal líder.
MONTERO BUSCA BORRAR LOS ERE Y FAGOCITAR A PODEMOS
No obstante, la labor de Espadas al frente de los socialistas no ha tenido ni de lejos el efecto deseado, permitiendo una mayoría absoluta en Andalucía gracias a la labor incansable de Juanma Moreno, que ha dotado de una personalidad propia a la Junta de Andalucía y recuperar gran parte del terreno perdido tras 40 años de gobiernos socialistas. La victoria fue aplastante, dejando tan solo con 37 diputados a la izquierda en sus segundas elecciones autonómicas.
La idea de Montero es dotar a Andalucía de un mayor autogobierno, pero no olvidan las más de 80 subidas de impuestos que ha asestado la ministra de Hacienda a los españoles desde el Ministerio, como tampoco se olvida fácilmente, por más que insista, la corrupción en el caso de los ERE, toda vez que ha enmendado las sentencias del Tribunal Supremo en los despachos del Tribunal Constitucional y rebajar el delito de malversación, una medida que ha beneficiado también a los independentistas catalanes.
Para los socialistas el mayor caso de corrupción de España, el caso de los ERE falsos de Andalucía, que terminaron con la condena de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, no existió, pero las sentencias ahí están y el desarrollo de cómo lograron desfalcar más de 680 millones d euros también. Asimismo, Montero no llegó a pedir ninguna restitución de dinero, pese a ser la consejera de Hacienda que pudo hacerlo. No lo hizo y ahora afirma que el caso fue poco menos que un bulo de la derecha.
MONTERO COPIARÁ EL MODELO NACIONALISTA CATALÁN PARA ANDALUCÍA
Para que tenga efecto su candidatura, Montero tendrá que prometer a los andaluces los mismos beneficios y privilegios que se han pactado con ERC para Cataluña, como la condonación de deuda, el traspaso de Cercanías -apenas inexistente en Andalucía al estar conectado por AVE y autobús-, así como el traspaso de todos los impuestos gestionados, liquidados y abonados, como ocurre en Cataluña.
De esta forma, Montero se compromete así a explorar, e incluso modificar, el Estatuto de Autonomía de Andalucía, como ya hiciera el PSC de José Montilla con Zapatero en 2006. La maniobra, no obstante, fue frenada por el Tribunal Constitucional.
Si la líder del PSOE consiguiera estas premisas, sería un paso de gigante para construir la España federal que busca el socialismo de ZP y Sánchez, donde cada región se mediría con los tributos obtenidos por sus propios contribuyentes, rompiendo así la caja única de la Seguridad Social al tener cada territorio su propio cupo, a imagen y semejanza del País Vasco.
Montero tratará de convencer a los suyos y a los votantes de izquierdas, mientras mantendrá la negociación con sus socios de legislatura e investidura sobre los Presupuestos Generales del Estado
Montero, además, tratará de convencer a los suyos y a los votantes de izquierdas, mientras mantendrá la negociación con sus socios de legislatura e investidura sobre los Presupuestos Generales del Estado, un acuerdo que está aún lejos de llegar debido a las grandes diferencias y a las enormes exigencias que se están poniendo encima de la mesa, como la amnistía efectiva para Puigdemont y el cumplimiento de todos los puntos acordados tras el 23-J.
Como suele ser habitual, la candidata de Ferraz da su mano a los críticos de cara a la contienda, como si fuera ya la ganadora virtual sin las urnas. La realidad después es muy distinta y apenas cuentan en la Ejecutiva, como ha ocurrido con el PSOE en su Congreso.
Eso sí, Montero no dudó en huir de Andalucía con un PSOE-A completamente roto y sin rumbo. Por ahora, buscan a los militantes que se marcharon a Podemos, mientras trata de reconstruir al socialismo con las mismas propuestas que los ‘morados’. Todo un reto y más con quien estuvo en el Consejo de gobierno de Andalucía en pleno caso de corrupción de los ERE. En 2013, una vez estallado el caso, Montero fue nombrada como consejera de Hacienda por Susana Díaz, hasta entonces estuvo en la Consejería de Salud.