Ortuzar rechaza acercarse a Feijóo pese al pacto del PP y PNV en Gipuzkoa

Alberto Núñez Feijóo ha iniciado una etapa opositora más pragmática, menos identitaria y ruidosa, olvidadiza hacia el procés y menos marcada por los ritmos que impone el PP madrileño, que tiene unas singularidades difícilmente exportables al resto del Estado.

El presidente del Partido Popular cree que los jueces pueden contribuir a conseguir lo que no logró su partido en las 3 últimas elecciones generales, desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa, y está tejiendo una pinza económica que incluye a Junts per Catalunya.

La relación con los neoconvergentes se ha suavizado al coincidir en varias votaciones que han sido acogidas con euforia por Josu Jon Imaz y otros pesos pesados del Ibex35. Pero la sintonía entre PP y el PNV sigue sin normalizarse.

En Génova 13 todavía escuece la herida de 2018. Entonces, el PNV pasó en unos pocos días de acordar presupuestos con Mariano Rajoy a echarlo vía moción de censura. Desde entonces, los jeltzales se han convertido en el socio más fiable del PSOE.

El consolidado matrimonio entre PNV y PSOE está forjado sobre la dependencia que tiene Sánchez del PNV en el Congreso de los Diputados, y sobre la que tienen los de Andoni Ortuzar de los socialistas en Euskadi.

PNV y los socialistas vascos comparten gobierno autonómico, provincial (con acuerdos en las 3 diputaciones) y municipal (con pactos en las 3 capitales de provincia, Bilbao y Donosti lideradas por el PNV y Vitoria por el PSE-EE).

PP Y PNV

Tras las elecciones autonómicas y municipales de 2023 el PP se veía con un pie en La Moncloa y, fruto de esa euforia, apoyó que el PSOE se hiciera con las alcaldías de Barcelona y Vitoria, y el PNV con Gipuzkoa.

A cambio, Génova 13 conseguía dejar sin cierto poder a EH Bildu (que fue primera fuerza en la capital alavesa por primera vez en su historia y ganó en Gipuzkoa) y a Junts per Catalunya (que con Xavier Trías a la cabeza venció en la Ciudad Condal).

Estos guiños al PNV, sin embargo, no han facilitado la mejora de relaciones entre ambos partidos. De hecho, el candidato ‘popular’ en las últimas elecciones autonómicas vascas, Javier de Andrés, centró sus ataques en los jeltzales en vez de hacerlo, como era habitual en su partido, en la izquierda abertzale.

Ortuzar
Feijóo

Hace unos días, Génova 13 dio luz verde a que el PP apoye los presupuestos de la Diputación de Gipuzkoa para 2025. Con este movimiento, los ‘populares’ conseguían abortar el acercamiento de EH Bildu al gobierno de la institución provincial, y pretendían acercarse al PNV. Pero este guiño no ha surtido el efecto deseado.

ORTUZAR MARCA DISTANCIAS CON FEIJÓO PESE AL PACTO

Las aguas bajan revueltas en los batzokis tras unas primarias que han dejado varias heridas de consideración. El PNV, que renovará su dirección en febrero, lo ha hecho previamente en los diversos territorios en los que tiene presencia.

Andoni Ortuzar todavía no ha anunciado si intentará mantenerse al frente de la organización, pero ya ha dejado claro que el PNV no está dispuesto a acercarse al PP. En una entrevista publicada este domingo por El Diario Vasco, el todopoderoso presidente del Euzkadi Buru Batzar afirma que el PP «se autoexcluye» de los pactos con ellos en Madrid.

El dirigente tilda el apoyo del PP al PNV en la Diputación de «movimiento inteligente», ya que ha escocido en Madrid el PSOE y a EH Bildu en Gipuzkoa, pero cree que Núñez Feijóo está empezando a hacer la cuenta atrás sobre el inminente final político de Sánchez, cuando Ortuzar cree que es el presidente del PP el que puede caer antes.

La tesis extendida en la formación nacionalista, con Aitor Esteban ejerciendo de radar del partido en Madrid, es que las fuerzas vivas de la derecha política y mediática madrileña no confían en Núñez Feijóo.

Su presencia no está garantizada en el próximo cartel electoral por su incapacidad para despertar grandes muestras de entusiasmo por parte de la militancia, la decepción de las elecciones generales de 2023, varios errores de bulto o la excesiva galleguización de Génova 13.

Tampoco ayuda a mejorar su imagen interna su decisión de bunkerizarse bajo el orden que impone Miguel Tellado, que ya no despierta las simpatías internas de antaño, y su falta de destreza para tener un equipo de comunicación y estrategia como el que dispone la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que aunque no pase por sus mejores momentos le hace sombra incluso sin pretenderlo.

El ecosistema mediático gallego, compuesto básicamente por una televisión autonómica domesticada por décadas de gobiernos del PP y media docena de periódicos muy dependientes de la publicidad institucional de la Xunta de Galicia, nada tienen que ver con el complejísimo y frenético mundo periodístico madrileño.

Las dificultades del PP para marcar agenda, pese a los problemas judiciales que acechan al PSOE, contrastan con la habilidad mostrada por el equipo de Miguel Ángel Rodríguez para derribar en 3 movimientos a Pablo Casado o, tras alguna imprudencia inicial, para darle la vuelta al caso que afecta a Alberto González Amador, que presuntamente defraudó más de 350.000 euros al Estado entre 2020 y 2021 gracias a un entramado de facturas falsas y empresas pantalla.