Otro año más la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tomará las campanadas como líder de la economía española. Y es que nuevamente, ya van siete años, la Región es la que más peso tiene en el PIB nacional. Concretamente Madrid aporta el 19,6% del PIB español. Motivo por el cual la presidenta madrileña saca pecho y mira desde arriba las intenciones del PSOE de derrocarla al considerarla el rival político de más enjundia dentro del PP.
Estos números, esconden un resultado de gran valor para la guerra de Ayuso contra toda la izquierda y los nacionalistas. Ese dato no es otro que Madrid por séptimo año consecutivo marcha por delante de Cataluña. Curiosamente desde 2017, cuando el Procés independentista comenzó. El caso es que esa tendencia, después de la perdida de fuelle de ese movimiento, no parece que va a revertirse en un futuro inmediato, algo que pasará factura económica y social a Cataluña.
Que como excusa, junto a los nacionalistas vascos, especialmente el PNV, acusan a Ayuso y su ejecutivo de utilizar medidas desleales a nivel fiscal desde hace varios años. Estas acusaciones son contestadas desde Madrid con que el País Vasco, con su financiación particular, hace lo mismo.
DUMPING FISCAL
Pero que es exactamente el dumping fiscal, ¿en que consiste realmente esta práctica?. Para esto vamos a hablar de los principales impuestos en los que las competencias pertenecen a las comunidades autónomas. Estos son: patrimonio, sucesiones y donaciones, transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.
Por otro lado, vamos a ver como la Región de Madrid, que se encuentra entre las las comunidades del régimen tributario común, aplica un tipo efectivo nulo del primero, bonifica más el segundo (99%) y cobra un menor porcentaje de los dos últimos (6% y 0,75%, respectivamente). Algo que el resto de regiones de ese régimen no aplican, por diferentes motivos económicos y sociales.
A todo esto, sin una Ley de capitalidad, hay que sumar el efecto económico y social de ser la capital de España, con el efecto de atracción demográfico que hace también eso. Este efecto de capitalidad, por ejemplo trae la parte más importante de la Administración General del Estado, la ubicación de las oficinas centrales de la mayoría de las grandes empresas del país, desde 2017 huyen de Cataluña y las mejores infraestructuras de la nación, algo que da acceso fácil y rápido a numerosas redes de transporte a precios muy competitivos.
Así todo va rodado y se ejerce una fuerza hacia el centro del país. Madrid al ser capital tiene un fuerte poder político a su alrededor e induce a las empresas a estar cerca para controlar una gran fuente de ingresos como son la adjudicación de contratos por parte del estado. A eso suma que los funcionarios y los empleados públicos es una aporte de de renta importante y notable para la región.
Y por supuesto al estar rodeada de grandes infraestructuras ha convertido a Madrid en la principal sede de España desplazando a la principal plaza financiera del país. Situando a las principales corporaciones bancarias del país dentro de la Comunidad.
Pero no solo las circunstancias externas favorables para Madrid y desfavorables para otros han causado está situación. Aunque con un crecimiento a nivel social muy cuestionable en muchas ocasiones, hay que destacar que durante lo que va de Siglo XXI los gobiernos regionales han priorizado el crecimiento económico con dos pilares básicos: El primero de ellos atraer capital y talento de donde fuese, el segundo hacer de la Comunidad un territorio abierto en el que todos pueden sentirse cómodos y un lugar para crecer. Y por supuesto desechar gastos en la creación de una identidad como comunidad autónoma.
NÚMEROS QUE AVALAN LA GESTIÓN ECONÓMICA
Los números avalan esta proceso y hacen presumir al PP. Detrás de Madrid viene Cataluña, que históricamente sustento este ranking. Ahora con un 18,8%, ve su influencia rebajada. En tercer lugar aparece una de las regiones más pobladas de España. Andalucía con un 13,3% completa el podio del PIB nacional.
Además, hay que destacar que el el PIB madrileño a precios corrientes se situó a cierre de 2023 en 293.069 millones de euros y el catalán, en 281.845 millones. Todo esto datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estos números quedan completos remarcando que Baleares, Canarias y La Rioja, con incrementos del PIB en términos de volumen del 5,7 %, 5,1 % y 4,2 %, respectivamente, fueron las comunidades autónomas que registraron un mayor crecimiento del PIB en 2023. Por su parte, los menores aumentos fueron en Murcia (2 %), Navarra (2,1 %) y Comunidad Valenciana con (2,3 %).
Una navidad más y van siete la presidenta de la Comunidad de Madrid volverá a sonreír con las uvas mirando hacia atrás a sus perseguidores políticos gracias a su gestión económica. Madrid vuelve a estar por delante del resto en su aporte económico al PIB nacional.