El Rey Felipe VI se centra en los afectados de Valencia y pide diálogo en la contienda política «atronadora»

El Rey Felipe VI ha pronunciado su tradicional mensaje de Navidad desde el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid junto a una única fotografía: la del esfuerzo de militares y voluntarios retirando barro de las calles de los pueblos afectados por la peor DANA del siglo. El monarca, además, ha acompañado la simbología con un ejemplar de la Constitución Española, una edición facsímil que ha sido colocada sobre una mesa de maderas nobles de la época de Carlos III, colección de Patrimonio Nacional.

El Rey Felipe VI ha ubicado el escenario por segunda vez en el Palacio Real de Madrid. La primera vez fue en 2015, cuando lo pronunció desde el Salón del Trono. El Rey Felipe VI, trajeado con azul marino, camisa blanca y corbata azul claro con motivos de pequeños cuadrados en distintos tonos azules, ha despedido el mensaje con una felicitación en las distintas lenguas cooficiales.

A la derecha de la imagen del Rey estaban las banderas de España y de la Unión Europea, mientras que a su izquierda había símbolos navideños como un misterio con el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María y San José, y un árbol de Navidad.

Durante los 15 minutos y 9 segundos de su mensaje y un total de 1.806 palabras, el Rey ha encabezado su discurso recordando la primera visita a Paiporta, donde tuvo, junto con la Reina Letizia y los presidentes Pedro Sánchez y Carlos Mazón, un encontronazo con la realidad de los damnificados. De los abucheos se pasó a las palabras y de ahí a los abrazos y buenas palabras. El Rey volvió después a Chiva y repitió en Catarroja el fin de semana pasado, una muestra más de que no olvida a quienes perdieron todo y ahora tratan de reconstruir su futuro.

El monarca, además, ha dado cuenta de los principales temas que preocupan a los españoles, como la inmigración, la vivienda y la defensa de la Constitución y la democracia liberal, que según advierte, algunos están poniendo en duda como sistema.

LLAMA AL DIÁLOGO EN PLENA POLARIZACIÓN

El Rey Felipe VI ha vuelto a hacer un llamamiento al diálogo y el consenso a la clase política española con motivo de su tradicional Mensaje de Navidad, en el que ha advertido de que la contienda política en ocasiones «atronadora» no debe impedir escuchar la «demanda de serenidad» de la ciudadanía y ha animado a seguir cultivando el espíritu de concordia que alumbró la Constitución de 1978.

El Rey Felipe VI durante su mensaje de Navidad cargado de simbología y avisos al Gobierno
El Rey Felipe VI durante su mensaje de Navidad cargado de simbología y avisos al Gobierno

El monarca, que en esta ocasión ha elegido el Palacio Real como escenario de su discurso más importante del año, ha reivindicado la necesidad de preservar el bien común «por encima de las eventuales divergencias y desencuentros». Es algo que tanto la Reina Letizia como él han »podido constatar y valorar aún más a lo largo de esta década de reinado», ha señalado, en la única mención que ha hecho a que en 2024 se han cumplido diez años de su llegada al trono.

Para Felipe VI, «es responsabilidad de todas las instituciones que esa noción del bien común se siga reflejando con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política». »El consenso en torno a lo esencial», ha añadido es lo que «debe orientar siempre la esfera de lo público».

»No para evitar la diversidad de opiniones, legítima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido», ha subrayado el monarca, en el que ha sido su undécimo Mensaje de Navidad.

DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN DESDE LAS INSTITUCIONES

Fue precisamente «el acuerdo en lo esencial» lo que inspiró la Constitución de 1978. «A pesar del tiempo transcurrido, la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento», ha sostenido, defendiendo que «cultivar ese espíritu de consenso es necesario para fortalecer nuestras instituciones y para mantener en ellas la confianza de toda la sociedad».

En este sentido, ha resaltado que el «pacto de convivencia» que supone la Constitución «se protege dialogando» y ha incidido en que «ese diálogo, con altura y generosidad, debe siempre nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado».

Por eso, ha advertido el Rey dirigiéndose expresamente a la clase política, »es necesario que la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no impida escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad».

«Serenidad en la esfera pública y en la vida diaria, para afrontar los proyectos colectivos o individuales y familiares, para prosperar, para cuidar y proteger a quienes más lo necesitan», ha acotado, poniendo como ejemplo en este punto la reforma del artículo 49 de la Constitución referido a las personas con discapacidad.

Dicha reforma, aprobada con el acuerdo del Gobierno y el PP, ha valorado el monarca, constituye »un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos». Por ello, ha vuelto a prevenir de que «no podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía».

INMIGRACIÓN Y VIVIENDA, PREOCUPACIONES DE FELIPE VI

Precisamente, Felipe VI ha querido hacer mención a dos de los temas que más preocupan a los españoles: la gestión de la inmigración y las dificultades en el acceso a la vivienda. Respecto al primero, ha reconocido que «es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social».

»Sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente», ha resaltado, pero «sin la gestión adecuada», los movimientos migratorios pueden degenerar «en tensiones que erosionen la cohesión social».

El Rey ha defendido la necesidad de integrar a los inmigrantes, de que estos respeten también «las leyes y normas básicas de convivencia y civismo» al tiempo que se reconoce su dignidad como seres humanos «sin olvidar nunca la firmeza que requiere la lucha contra las redes y las mafias que trafican con personas».

«La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración», ha recalcado, «dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia», apelando para ello a una mayor coordinación con los socios europeos y también con los países de origen y tránsito.

Por lo que se refiere a la vivienda, asunto que «preocupa sobre todo a los más jóvenes», dada la incapacidad de las ciudades de satisfacer la demanda existente, ha esgrimido que es «importante que todos los actores implicados reflexionen, se escuchen unos a otros, que se examinen las distintas opciones y que ese diálogo conduzca a soluciones que faciliten el acceso a la vivienda».

Ese acceso, ha puntualizado, debe ser «en condiciones asumibles, en especial para los más jóvenes y los más desprotegidos, pues ésta es la base para la seguridad, el bienestar de tantos proyectos de vida». «Y realmente podemos hacerlo», ha rematado.

ESPAÑA ES UN GRAN PAÍS

Don Felipe ha querido terminar su discurso, que ha abierto y cerrado haciendo una mención especial a la tragedia de la DANA en el este y el sur de España del pasado 29 de octubre, con un mensaje de esperanza, reivindicando nuevamente que »España es un gran país».

Es «una nación con una historia portentosa, pese a sus capítulos oscuros, y modélica en el desarrollo democrático de las últimas décadas, derrotando incluso el acoso terrorista que tantas víctimas causó», ha subrayado.

España, ha añadido, es «un país con un presente que, pese a lo mucho que nos queda por hacer, por ejemplo, en materia de pobreza y exclusión social, resulta prometedor al observar el comportamiento de nuestra economía (…) y el nivel general de nuestro bienestar social».

Así las cosas, de cara al futuro, ha defendido que «los españoles tenemos un enorme potencial que nos debe infundir esperanza, tanto en el plano nacional como en la escena internacional» y ha puesto el foco en la juventud, «que emprende pese a las dificultades», se prepara «para acceder con energía al mercado de trabajo pese a las cifras de paro juvenil» y que «busca oportunidades y supera los obstáculos a base de mérito y esfuerzo».

Una juventud, ha añadido, que «nos ha llenado de orgullo acudiendo en masa para dar lo mejor de sí en las calles de los pueblos afectados por la DANA».