Desde hace más de quince años los vecinos del norte de la Comunidad de Madrid están demandando el cerramiento de la carretera de circunvalación M-50. Un cerramiento que permita ir desde las cercanías de la A1 a la A6. Un recorrido que con el cerramiento realizado no ocuparía más de 20 minutos y que en la actualidad dura entre 60 y 75 minutos. Sin contar los números atascos que asfixian a las poblaciones de la zona, cada vez más pobladas.
Una reivindicaciones que vienen de lejos y que ya en 2008 la por entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP) prometió realizar. Unas obras que también evitarían la también colapsada M 607, la conocida como carretera de Colmena Viejo, que también sufre a menudo esos colapsos debido a ser la única vía directa para las numerosas poblaciones de la sierra norte de Madrid.
Un proyecto que por aquel entonces se paralizó por la llegada de la crisis de 2008, que asoló la economía española. Y que además, pasó a ser de competencia del Gobierno central una vez que el ejecutivo de Zapatero por aquellos días se adjudicará las competencias de dicho tramo. El paso de los años, con sucesivos gobiernos del PP y otra vez del PSOE tampoco consideraron prioritario este proyecto. Algo que tiene de uñas y bastante molesto a los numerosos afectados, que cada vez son más debido al gran aumento poblacional que está sufriendo la Región.
PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES
Las reivindicaciones vecinales han continuado y recientemente el Gobierno de la Comunidad de Madrid propuso al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, dirigido por el ministro Óscar Puente, solucionar el problema. Pero desde el citado ministerio han abducido que es una situación compleja y que existen determinados problemas medioambientales y económicos que dificultan el futuro proyecto de cerramiento del anillo norte.
Algo, que según comenta Óscar González, portavoz de la Plataforma Ciudadana por la finalización norte de la M-50, el impacto medio ambiental sería mínimo y que pasaría por un soterramiento de esta futura vía en la zona de el Pardo, a pesar de las trabas que pone el ejecutivo central para solucionar el asunto.
En este sentido, González, comenta que la afectación sería nula porque no es necesario la implantación de una chimenea de reactivación de humos. Simplemente funcionaría con unas salidas de humos laterales que quitaría impacto medioambiental al asunto.
Otro tema que también esté escamando a los vecinos sería el costo de la obra. En referencia a esto XXXX señala que la ampliación de la T4 y su satélite se ha presupuestado en unos 2.400 millones de euros, cifra similar a lo que costaría el cerramiento completo de la M-50. Y que además afecta a parte de los vecinos afectos por el no cerramiento de la M-50 y los colapsos circulatorios que eso provoca, una contradicción para los demandantes.
Una contradicción que vuelve a soliviantara los vecinos contra las autoridades. «Estamos hartos de promesas que nos se cumplen desde hace 16 años», remarcan. «Con la ampliación de la T4 queda claro que no son motivos económicos los que retrasan una solución para los afectados, es simplemente dejadez y falta de interés por todas las autoridades, desde las municipales y autonómicas, hasta las centrales, una dejadez total sin importar color político», protestan.
Desde el ministerio dirigido por Óscar Puente se ofreció como solución. La construcción de otra carretera de semi circunvalación que uniese esos puntos. Algo que incluso los alcaldes del PSOE de la zona ven inviable, siempre off the record, para no perder confianza dentro de la formación política, según relata González. Una medida que simplemente es una dilación del proyecto para que los vecinos dejen de molestar y reivindicar.
La población ha aumentado cerca de un 15% en las poblaciones señaladas, y por esto, los vecinos avisan que las vías circulatorias están cada vez más colapsadas. La M 607 en 5 o 10 años, si la zona sigue creciendo a este ritmo demográfico, será intransitable. «Solo en Colmenar viejo viven más de 60.000 personas, y crece a un ritmo de 600 personas al año, los atascos son tremendos e insufribles para la población», relatan el portavoz de los afectados. «Es más fácil ir de Madrid a cualquier capital de provincia, que de Colmenar Viejo a la capital estando a 18 kilómetros», puntualiza González.
Para solucionar esto desde dicha entidad se están solicitando reuniones con los municipios afectados por este tema para intentar aunar un discurso común y poder exigir a la Comunidad de Madrid y el ejecutivo central una solución. Pero desde la Plataforma nos señalan que a veces algunos ayuntamientos no hacen mucho caso y dan la callada por respuesta. «Así no podemos unificar fuerzas para acabar con esta nefasta situación que nos quita tiempo y dinero».
Perdida de dinero que cada vez se ve más en los polígonos industriales de las poblaciones afectadas. En esas mismas zonas industriales es cada vez más difícil que se instalen grandes empresas, debido a la reticencia de es estas por las malas conexiones por carretera que se tienen esas zonas. Una pescadilla que se muerde la cola y está saturando la capacidad de los residentes cada vez más.