El Pulpo a Feira es mucho más que un plato típico; es un símbolo de la cocina gallega que ha cautivado paladares de todo el mundo. Su preparación, sencilla pero llena de matices, es una muestra de la esencia de Galicia en donde prevalece el respeto por los ingredientes y el amor por las tradiciones. Originario de las ferias y festividades locales, el Pulpo a Feira sigue siendo hoy una receta que reúne a familias y amigos alrededor de una mesa, ofreciendo una experiencia gastronómica única y deliciosa.
2Paso a paso para hacer un auténtico Pulpo a Feira
El proceso de cocción del Pulpo a Feira es todo un arte. Inicia con el famoso ritual de “asustar” al pulpo, sumergiéndolo tres veces en agua hirviendo para conseguir una textura perfecta. Después, se cocina a fuego lento en una olla de cobre, una tradición que, según los gallegos, potencia los sabores del mar. Una vez tierno, el pulpo se corta en rodajas y se coloca sobre una base de rodajas de patata cocida, formando un mosaico que es tan agradable a la vista como al paladar.
El secreto de un buen Pulpo a Feira radica no solo en los ingredientes y la técnica, sino también en la paciencia y el respeto por los tiempos de cocción. Es un plato que no admite prisas; cada paso debe hacerse con calma, permitiendo que los sabores se desarrollen en su totalidad. Servido en un plato de madera, como dicta la tradición, el pulpo se espolvorea con sal, pimentón y un generoso chorro de aceite de oliva, listo para disfrutar.