Víctor de Aldama ha llegado al Tribunal Supremo con el líder de Desokupa, Daniel Esteve, de chófer y acompañado de José Antonio Choclán, reconocido abogado penalista y especialista en pactos, para declarar por el caso Koldo. Asimismo, también ha llegado con él otra abogada más.
Así inicia el PSOE la semana del calvario judicial, cinco días clave en el caso Koldo y en la causa de Begoña Gómez. En estas jornadas judiciales antes de Navidad, pasarán por el Supremo Koldo García, el exasesor del Ministerio de Transportes, exchófer de altos cargos del PSOE, así como el custodio de los avales de las primarias de Pedro Sánchez. El próximo jueves será el turno de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, y Cristina Álvarez cerrará la semana como testigo en el Juzgado de Instrucción 41 de Madrid.
La primera comparecencia de Aldama sirvió para eludir su estancia en prisión tras llegar a un pacto con la Fiscalía y entregar documentación, así como facilitar a la UCO de la Guardia Civil nuevos datos que puedan arrojar luz sobre la pista del dinero de la presunta trama. Aldama acude tras la declaración de José Luis Ábalos, que señaló tanto a Koldo como al nexo corruptor.
«Hoy es un gran día», auguró horas antes el líder de Desokupa en su red social. «Sólo os puedo decir que el que pueda ver la llegada de De Aldama al Tribunal Supremo, que lo vea, que habrá sorpresa», afirmó. «Yo creo que hoy habrá sorpresitas y que el señor al final va a acabar lo que ha empezado», señaló.
Aldama no ha realizado declaración alguna en su entrada al Tribunal Supremo a pesar del nutrido grupo de periodistas. Por el momento, Aldama responderá a todas las cuestiones planteadas, incluidas las del PP y del juez.
Entre otros asuntos, Aldama arrojará luz sobre un piso ubicado en el Paseo de la Castellana de Madrid y valorado en 1,9 millones de euros que iba a parar a Ábalos como «garantía» de los pagos que una serie de constructoras le harían en un futuro a cambio de contratos «preadjudicados» de obra pública. Uno de estos contratos, adjudicado durante el anterior Gobierno del PP, tuvo modificaciones con Ábalos y Puente y acabó costando un 14% más de lo inicialmente previsto.
EL PISO DE CASTELLANA, SEÑALADO POR ALDAMA
Según Aldama, todos los presuntos políticos señalados le exigieron el pago de comisiones, pero no todos las cobraron. Eso sí, afirma que se realizaron ingresos de efectivo y pagos por el alquiler del piso en Torre Madrid, ocupado por doña Jéssica R.G., extrabajadora en la empresa pública Ineco y quien tenía una «relación particular» con Ábalos.
De Aldama detalló que, «entre otras relaciones económicas, se proyectó una operación, por la cual Ábalos adquiriría, sin contraprestación, el inmueble del Paseo de la Castellana número 164 de Madrid», propiedad del empresario. Todo ello, era una supuesta «garantía» del cumplimiento del «compromiso» por parte de «determinadas constructoras» con el fin de obtener comisiones a cambio de contratos públicos.
LOS SEÑALADOS POR ALDAMA
Ábalos siempre ha negado estos extremos y afirma que no no cobró comisiones por la compra de material sanitario, mientras Aldama sostiene que le abonó al menos 600.000 euros.
Entre los señalados por Aldama se encuentran el ministro de Política Territorial y expresidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, y el jefe de Gabinete de Hacienda y mano derecha de María Jesús Montero, Carlos Moreno, quien se reunió al menos cuatro veces con Aldama. Entre estas acusaciones también se señala al secretario de organización del PSOE y sucesor de Ábalos, Santos Cerdán, que habría cobrado 15.000 euros en una bolsa de plástico entregada en un bar cercano a Ferraz.
