España está en el foco de los británicos por una nueva normativa que afecta al turismo del Reino Unido y todo el mundo. A partir del 2 de diciembre comenzó a regir en España el Real Decreto 933/2021 que modificaron de manera sustancial el registro documental e información de las personas que ejercen actividades de hospedaje y alquiler de vehículos. Con esta medida, los establecimientos hoteleros y de renta de coches deben solicitar a los turistas una serie de 42 datos con información personal de lo más detallada.
La reglamentación generó una fuerte crítica entre los trabajadores del sector hotelero y de turismo, porque aseguran que el aumento de los trámites burocráticos perjudican la operatividad y hasta violaría el principio de privacidad de los huéspedes y turistas. Sin embargo, las autoridades insisten en que esta es la mejor manera de controlar la actividad terrorista y el crimen organizado. En esta medida quedan incluidos hoteles, hostales, pensiones, casas de huéspedes, establecimientos de turismo rural o análogos, campings y zonas de estacionamiento de autocaravanas.
2«Adiós España», la queja de los británicos que puede afectar el turismo

Pero mientras todo esto se desarrolla, el turismo británico comenzó una campaña para dejar de visitar España. Los medios ingleses revelan el descontento de los viajeros por las nuevas leyes españolas y hasta confirman que no volverán a viajar al territorio. «Nunca más volveré a España. Si no nos quieren, no somos bienvenidos», fue la frase recogida por un medio británico sobre el malestar de un ciudadano. Lo cierto es que este Real Decreto puede afectar notoriamente al turismo en el país, siendo esta una de las principales ramas de la actividad económica.
De acuerdo a informes anteriores, el flujo de turistas ingleses fue de 17,3 millones en 2023, lo que equivale al 20,4% del total de visitantes extranjeros y lo que implica un gasto de ellos de alrededor de 20 millones de euros. De esta manera, se arriesgaría a perder un enorme motor del sistema económico nacional debido a que el turismo implica un 12,8% del PIB. «Es una barrera burocrática que no compensa visitar España”, aseguraron algunos detractores.