domingo, 20 abril 2025

Por qué las freidoras de aire están bajo sospecha por espionaje, según un estudio reciente

En la actualidad, las freidoras de aire han ganado popularidad como una herramienta esencial en la cocina moderna, proporcionando una manera más saludable de disfrutar de los alimentos fritos. Sin embargo, un reciente informe de la organización británica de consumidores Which? ha lanzado una sombra sobre estos electrodomésticos, sugiriendo que algunos modelos podrían estar más interesados en espiar a sus propietarios que en simplemente cocinar.

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Mientras la preocupación por la privacidad digital y la seguridad de los datos crece, esta revelación ha encendido un debate sobre el grado de vigilancia al que estamos expuestos a través de los productos que utilizamos a diario. El estudio de Which? no solo se centró en freidoras de aire, sino que también examinó una variedad de dispositivos conectados como televisores inteligentes y relojes inteligentes.

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LA CONECTIVIDAD DE LAS FREIDORAS DE AIRE CON UN RIESGO INESPERADO

Por qué las freidoras de aire están bajo sospecha por espionaje, según un estudio reciente

El informe de Which? revela que, al menos tres modelos de freidoras de aire inteligentes no solo permiten al usuario cocinar, sino que también requieren permisos que podrían comprometer la privacidad personal. Los hallazgos fueron sorprendentes para muchos, ya que evidenciaron que incluso los aparatos de cocina pueden estar recopilando información personal sin que sus usuarios lo sepan. Por ejemplo, se encontró que ciertos modelos solicitaban acceso al micrófono de los teléfonos móviles, una solicitud que parece totalmente injustificada para un electrodoméstico.

Estos descubrimientos resaltan una preocupante tendencia en freidoras de aire conectadas, la recopilación de información que trasciende la mera funcionalidad del producto. Además de las freidoras, otros dispositivos como televisores han demostrado ser igualmente intrusivos, pidiendo acceso a datos sensibles como la ubicación y el micrófono. La cuestión que surge es: ¿realmente necesitamos que nuestras freidoras de aire estén conectadas a Internet y recojan datos sobre nosotros? Hay un claro desbalance entre la conveniencia que ofrecen estos dispositivos y los riesgos asociados a su uso.

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