El PSOE moviliza a todos los fontaneros de Ferraz para arropar a Óscar López, quien presentará oficialmente su candidatura a las primarias este jueves en la agrupación socialista de Centro, junto al emblemático barrio de Chueca y en plena guerra interna por la eliminación de las siglas «Q+» del colectivo LGTBi. El ministro de Transición Tecnológica y exjefe de Gabinete de Pedro Sánchez entra oficialmente en el barro de Madrid apenas a dos días de cerrarse el plazo para presentar las candidaturas a las primarias del PSM. López cuenta ya con parte de rostros conocidos y electos del PSM para hacer la cama a Juan Lobato.
López sería así el primer candidato a presentar sus credenciales, mientras Juan Lobato espera aún, tapado, para dar el paso tras haber dimitido de sus cargos orgánicos en la federación madrileña tras conocerse que Moncloa le filtró el correo del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, para proponer un pacto a la Fiscalía. Concretamente, el mismo Lobato afirmó ante el Supremo que la filtración le llegó por medio de Pilar Sánchez Acera, mano derecha de Óscar López, para que la mostrara ante la Asamblea de Madrid y poder así atacar a Ayuso.
El entonces líder del PSM mostró sus dudas al asegurar que sin fecha ni firmas, el documento podría provenir directamente de Fiscalía, un hecho que él mismo sabe que es un delito al ser técnico de Hacienda. La conversación con Sánchez Acera fue llevaba ante notario y la secretaria de Relaciones Institucionales ha sido fulminada en el Consejo de Paradores. El Supremo debe decidir aún qué hacer con Sánchez Acera, ya que el documento le fue reenviado a ella sin que se conozca su procedencia.
Por este caso está imputado por primera vez en la historia democrática de España un fiscal general del Estado, que se aferra al puesto, pero cada vez tiene más complicada su situación judicial tras trascender un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, donde le sitúa en la cúspide para que el documento saltara del Ministerio Público a La Moncloa y de ahí a Lobato.
Las de Madrid no son las primeras elecciones para Óscar López como candidato. El aspirante tiene todo el apoyo de Ferraz y del PSOE en su conjunto para romper uno de los tabús más temidos de las agrupaciones madrileñas: convertir al PSM en un satélite más de sus mayores.
Todos los líderes madrileños de las últimas dos décadas han tratado de evitar esta fusión para tener una voz propia en un terreno farragoso para los socialistas, que no han vuelto a pisar la Puerta del Sol desde hace 30 años. Óscar López se presenta con el respaldo de todos los ministros socialistas e incluso en Más Madrid se le espera ante el «desconocimiento» que tiene de la política madrileña y de sus votantes.
En esta guerra interna por el control de una de las federaciones más importantes de España, tanto los críticos como la propia oposición de la izquierda muestran una cierta ironía por la «candidatura de Ferraz» y el «dedazo de Pedro Sánchez». Sin llegar a la mofa, ni unos ni otros ven a Óscar López como un candidato con los cimientos necesarios para ganar ni en las primarias del PSM ni tampoco remontar el vuelo como sí lo haría Lobato en la formación.
LOBATO RESISTE CUATRO EMBESTIDAS DE FERRAZ
De hecho, Juan Lobato no solo devolvió la ilusión a los suyos, sino que ha forjado una unidad en el socialismo no vista en décadas en las calles de Madrid. Desde hacía meses, el PSOE y Ferraz trataron de buscar un sustituto. Primero fue desde la Alcaldía de Fuenlabrada, con Javier Ayala, que tras sus ataques a Lobato ha preferido no presentar su candidatura para evitar dividir el voto entre los detractores de Lobato y los simpatizantes de Óscar López.
Tras el rechazo de Ayala, el candidato más cercano a Pedro Sánchez, Ferraz volvió a la carga con Francisco Martínez, delegado del Gobierno en Madrid, pero no aguantó ni medio asalto contra Lobato y la trituradora de candidatos, en la que se ha convertido Ayuso, tampoco le iba a dejar opción alguna para disputar medio escaño a los ‘populares.
El PSOE ha movido ficha para tratar de aupar a personas del entorno de Pedro Sánchez, pero se han disuelto como un azucarillo tras varios enfrentamientos con la líder del PP y con el propio Lobato. Con bajos perfiles y sin el peso específico, Ferraz no ha tenido más remedio que tirar con un castellanoleonés para asaltar el poder en Madrid, y está por ver si ganara sus primeras primarias.
LA OPOSICIÓN SE FROTA LAS MANOS CON ÓSCAR LÓPEZ
En el PSOE hay quien «le desea toda la suerte del mundo» porque «la va a necesitar». Si Lobato finalmente se presenta, la guerra total por el control de Madrid está servida. Por el momento, el hasta ahora líder del PSM mantiene sus actas como diputado y senador autonómico y no tiene intención alguna de echarse a un lado. El pulso se inició el 14 de marzo y no tiene visos de frenarse hasta el próximo 11 de enero, la fecha clave en la que los militantes del PSM se pronunciarán para tener un nuevo líder o bien mantener el que estaba.
Lobato cuenta «con un amplio consenso entre las bases», destacan desde una de las agrupaciones de la capital. «En el Sur le están haciendo la cama entre Alcorcón, Getafe y Fuenlabrada», apuntan las mismas fuentes, mientras que en otras señalan que se ha convertido en el cabeza de turco de los «tejemanejes» de Ferraz. «Todo lo que toca Ferraz en Madrid se estropea. Por eso reivindicamos nuestra propia autonomía. No somos un satélite y delante no tenemos a Feijóo, sino a Ayuso», apuntan.
En Más Madrid le esperan para enseñarle la ciudad y la Comunidad, pero «poca» pelea creen que dará a la hora de enfrentarse a las urnas. «Es conocido por ser la mano derecha de Pedro Sánchez y por ser la jefa de Sánchez Acera, la del móvil de Lobato. Ellos sabrán a quién ponen. Nosotros somos un grupo democrático, no ‘dedocrático’», afirman.
Con un PSOE fracturado y un Pedro Sánchez entronizado este pasado fin de semana, con aplausos no a uno o dos imputados, sino a quince investigados por la Justicia, Lobato aún tendría serias opciones de iniciar una nueva etapa e incluso con miras a disputar el liderazgo socialista una vez dé fin el ‘sanchismo’.
Óscar López iniciará su campaña en Chueca y quién sabe si volverá a coger la bicicleta para recorrer toda la Comunidad Autónoma, agrupación por agrupación, al menos para ver a los militantes y entablar con ellos un diálogo que hasta ahora carecen en algunas agrupaciones. En Castilla y León cogió la bici, pero el clima en Madrid es más correoso y más en pleno invierno.
Además, a Lobato no le faltan apoyos en las Comunidades limítrofes y tanto Emiliano García-Page como Luis Tudanca le ven aún como el líder que el PSOE necesita para volver al centro y alejarse de los postulados extremistas, con respeto a la «verdad» y a la «Justicia». «Sin leyes no hay Estado», apuntan fuentes cercanas al líder castellanomanchego.
EL BAGAJE POLÍTICO DE ÓSCAR LÓPEZ
Lobato, además, ha trabajado en todas las agrupaciones, conociendo sus preocupaciones, su día a día, un trabajo que no ha parado desde que llegó a lo más alto del PSM. De hecho, está considerado en los medios, incluso con los que no son de su cuerda, una voz respetada también por Ayuso, más allá de la arena política, y temida al mismo tiempo por Más Madrid, que solo le ganó por un puñado de votos.
El PSOE, por su parte, vuelve a colocar a Óscar López por imperativo, una imposición que se inició en la etapa de Zapatero en 2008 y que tan solo le duró cuatro años tras su estrepitosa derrota contra Herrera, el presidente del PP que se llevó 53 escaños en 2011. López salió de la cúpula del PSOE en Castilla y León tras destrozar la Ejecutiva de Julio Villarrubia. Luis Tudanca tuvo que sudar para reconstruir aquello y desde entonces los socialistas tienen al partido quebrado y con numerosas filtraciones.
«Es imposible pegar un jarrón roto en mil pedazos y esperar que retenga el agua», avisan. Así, a los socialistas le han crecido los enanos en las federaciones de Soria, León y Ávila, donde las formaciones centradas en la España despoblada se están haciendo cada vez más grandes. Como todo en el entorno de Pedro Sánchez, dar por vencido a alguno de sus candidatos es uno de los mayores errores que se pueden cometer. La sombra de Ferraz es alargada, pero su maquinaria ha tumbado murallas que se creían inexpugnables.
