La gestión de la DANA puso inevitablemente a Teresa Ribera como objetivo de muchas críticas. Sin embargo, su salto a Europa dejó su puesto bacante en el Ejecutivo español. Pedro Sánchez ha escogido a Sara Aagesen, experta medioambiental de alto perfil como nueva vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Aagesen es gran desconocida para el gran público y quiénes han trabajado con ella aseguran que “alérgica a las polémicas” y que una las cosas que más le hicieron pensarse si aceptar el ofrecimiento de Pedro Sánchez es “saber que te vas a convertir en un personaje público”.
AAGESEN UNA EXPERTA EN MEDIO AMBIENTE
Lo cierto es que de Aagasen se espera una línea continuista con las políticas de Ribera al frente del ministerio. La trayectoria de la nueva ministra de hecho ha estado siempre vinculada a los temas medioambientales y la denominada ‘agenda verde’. Estudió Ingeniería Química en la Complutense de Madrid especializándose precisamente en Medio Ambiente. Ya en 2002 se entró a formar parte de la Oficina de Cambio Climático que tanta influencia tuvo en cambiar la política de Naciones Unidas con respecto a este asunto.
A nivel internacional está reconocida como una figura señera dentro de la lucha medioambiental llegando a ser miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).
En 2020 entró en el gobierno como Secretaria de Estado de Energía. No era una socialista ‘pata negra’, con histórica militancia. De hecho, no está afiliada a ningún partido. Su fichaje, dicen, se debe a la propia Ribera y fue aprobado con satisfacción por Pedro Sánchez por su trayectoria en la lucha por el metido ambiente.
Un fichaje que sorprendió a muchos, aunque entraba dentro de la línea de los primeros tiempos de Sánchez de buscar profesionales reputados poco politizados como fue el caso de Pedro Duque o Máximo Huerta.
Desde el principio hizo notar su presencia en el cargo y es una de las desarrolladoras del plan de reducir emisiones por pate de España y hacer que se llegue a lo que denominan “neutralidad climática” en 2050.
AAGESEN FAN DE BLAS DE LEZO
Más allá de la vida institucional, la nueva ministra, nacida en Madrid en 1976, está casada con Diego Fernández-Polanco con el que tiene dos hijos (un niño y una niña) y viven en La Moraleja. El padre de su marido, Fernando Fernández-Polanco, fue catedrático emérito de la UVA (Universidad de Valladolid) y experto en estudios sobre la gestión de residuos. Toda una inspiración para una experto en Medio Ambiente como la actual ministra. Su suegro, al que tanto admiraba, falleció en 2022.
Diego, el marido de la ministra, es el creador en 2014 de la start up teCH4+ con sede en Valladolid. Se centra en la tecnología hidrólisis térmica para buscar soluciones para la gestión de residuos.
Según se puede saber de su declaración de bienes. La ministra y su marido adquirieron su casa familiar de La Moraleja en 2017. Un territorio nada ignaro para ella ya que se crio en esta urbanización de Alcobendas (Madrid). Según su declaración de bienes sustituta de Teresa Ribera tiene 282.924 euros en inmuebles y 50.000 euros en la cuenta.
Poco se sabe de su carácter y su vida más allá de la política. En una de sus pocas entrevistas aseguraba que vocación era más el ámbito académico y que era una gran fan de Blas de Lezo porque “taras físicas aparte, se sobrepuso siempre a las adversidades y perseveró cuando lo tenía todo en contra”.