La Guardia Civil, en una brillante operación contra la trata de seres humanos, ha desmantelado una red familiar que mantenía a un hombre en condiciones de esclavitud durante 17 largos años. Los cuatro miembros de la familia, residentes en Caparroso (Navarra), han sido detenidos acusados de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico. Este caso pone en relieve la cruda realidad de la esclavitud moderna en España y la importancia de la lucha contra este delito abominable.
La víctima, cuya desaparición fue denunciada por su familia en 2009, fue localizada en marzo de este año gracias a la Operación Desbizca. El hombre, que vivía con la familia de feriantes desde 2007, era obligado a realizar trabajos forzados sin remuneración alguna. Su explotación laboral incluía tareas como encender la lumbre, lavar, planchar, limpiar, mantener y supervisar las atracciones de feria, desde la mañana hasta la noche, sin recibir ningún tipo de salario.
Las condiciones de vida de la víctima eran infrahumanas. Se le negaba el acceso a una alimentación adecuada, obligándole a comer separado del resto de la familia y principalmente a base de bocadillos. Su libertad de movimiento estaba restringida, durmiendo en la cabeza tractora del camión vivienda durante las ferias y en un colchón en el garaje de la vivienda en Portugal. Se le prohibía salir sin compañía, no tenía acceso a su documentación personal ni tarjeta sanitaria, y desconocía que la familia estaba cobrando sus prestaciones sociales. Este aislamiento y control son tácticas comunes en los casos de trata, impidiendo a las víctimas buscar ayuda o escapar de su situación.
El control económico también era una parte fundamental del entramado de explotación. La familia se apropiaba de las prestaciones sociales de la víctima, incluyendo la pensión y la prestación por desempleo, retirando el dinero de su cuenta bancaria en un cajero de Caparroso. Se estima que se habrían apropiado de más de 100.000 euros a lo largo de los años. Este tipo de explotación financiera agrava la vulnerabilidad de las víctimas y perpetúa el ciclo de abuso.
Desarticulación de la red criminal y recuperación de la víctima
La Guardia Civil llevó a cabo dos entradas y registros en dos domicilios y un camión vivienda en Caparroso. Se incautaron más de 120.000 euros en efectivo, la cartilla bancaria de la víctima, resguardos de solicitud de prestaciones, dos teléfonos móviles, y otros efectos personales. La documentación de la víctima estaba bajo llave en posesión de uno de los detenidos. El contraste entre las condiciones insalubres de la habitación de la víctima y el resto de la vivienda era evidente, mostrando la crueldad y el desprecio con el que era tratado.
La víctima, finalmente liberada, ha podido reunirse con su hija y comenzar el proceso de recuperación. Este proceso, que puede ser largo y complejo, requerirá apoyo psicológico, social y económico para superar el trauma sufrido y reintegrarse a la sociedad. Es fundamental que las víctimas de trata reciban una atención integral que les permita reconstruir sus vidas.
La investigación, dirigida por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1 de Tafalla y la Fiscalía de Navarra, continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. La operación, llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de Bizkaia, contó con la participación de la UOPJ Navarra, el Grupo de Acción Rápida, el Servicio Cinológico de Cantabria y el Equipo PEGASO Navarra. Este caso demuestra la importancia de la colaboración entre diferentes cuerpos de seguridad para combatir la trata de seres humanos y otros delitos graves.