La cocina española, rica en tradición y sabor, alberga un sinfín de platos que deleitan paladares. Entre ellos, las patatas con bacalao ocupan un lugar privilegiado, un clásico de la gastronomía española que trasciende generaciones y regiones. Su sencillez, unida a la excelencia de sus ingredientes, lo convierte en un plato perfecto para cualquier ocasión, desde una cena informal entre amigos hasta una comida familiar especial. Este manjar, emblema de la cocina casera española, se presenta como una opción ideal para aquellos que buscan un sabor auténtico sin complicaciones innecesarias, un plato que satisface y reconforta con su sabor inconfundible. Su versatilidad permite adaptarlo a los gustos de cada uno, jugando con las especias y las técnicas de cocinado, siempre manteniendo la esencia de este clásico atemporal.
El éxito de este plato radica en la calidad de los ingredientes. Un buen bacalao desalado, patatas de textura firme y un aceite de oliva virgen extra de sabor intenso son los pilares sobre los que se sustenta la receta. Olvidémonos de elaboraciones complejas y adentrémonos en un mundo de sabores sencillos pero poderosos, donde la suma de ingredientes naturales se transforma en una experiencia culinaria inolvidable. Y es que, a pesar de su aparente sencillez, la receta de patatas con bacalao admite muchas variaciones, pero siempre manteniendo su inconfundible sabor, permitiendo explorar infinitas posibilidades para aquellos cocineros más experimentados que deseen aportar su propio toque personal a un clásico.
2LA IMPORTANCIA DE LAS PATATAS
Las patatas, ingrediente fundamental de este plato, deben ser de una variedad adecuada, preferiblemente firme y con poca tendencia a deshacerse durante la cocción. Las patatas, junto al bacalao, son los protagonistas de este plato, por lo que su calidad es fundamental para garantizar el éxito de la receta. La elección de las patatas dependerá de los gustos personales, sin embargo, se recomiendan patatas de textura firme para que mantengan su forma durante la cocción, evitando que se deshagan y se conviertan en puré. Una vez peladas y cortadas en trozos, las patatas se deben freír o cocer según la preferencia personal.
La cocción de las patatas puede variar según la receta y los gustos de cada persona. Podemos optar por freírlas ligeramente antes de añadir el bacalao, para darles una textura crujiente por fuera y cremosa por dentro. Otra opción es cocerlas previamente hasta que estén tiernas, de forma que se integren mejor con el bacalao y el aceite durante el proceso de cocción. Ambos métodos son válidos y el resultado dependerá del punto de cocción deseado, obteniendo una textura final distinta en cada caso. El tipo de patata elegido influye también en el resultado final, optando por variedades con mejor conservación de la forma.
Tanto si se fríen como si se cocen, es fundamental que las patatas estén bien cocidas antes de añadir el bacalao. De esta manera, se asegurará una cocción homogénea de ambos ingredientes, evitando que las patatas queden crudas y el bacalao demasiado seco. Es importante no sobrecargar la sartén o cazuela para permitir una cocción correcta de todos los ingredientes, para que ambos se cocinen uniformemente. La temperatura del aceite también es clave, procurando que esté caliente pero sin quemar las patatas ni el bacalao.