Juan Lobato se erige como la voz sensata en la oposición en la Asamblea de Madrid y con opciones de disputar de tú a tú el liderazgo en Madrid. En el PSOE de Pedro Sánchez, no obstante, buscan perfiles afines al presidente del Gobierno, sin mostrar diferencias ni en público ni en privado, perfiles que puedan tapar las sonoras ausencias en el Congreso de los Diputados y que no le rechisten a la hora de no dar ni una explicación sobre el estado de la Nación -Pedro Sánchez solo ha realizado un debate en los últimos cinco años y apenas acude a las sesiones de control al Gobierno-.
Ferraz ha intentado quitar a Lobato por activa y por pasiva, siguiendo la doctrina contraria con la que llegó Pedro Sánchez a ser secretario general al eliminar de la ecuación la opinión de las bases, más cercanas a Lobato y a la dirección del PSOE.
LOBATO RESISTE CON UNA OPOSICIÓN SENSATA A FERRAZ Y AL PP
Lobato no embarra en el fango político actual ni tampoco está al servicio de Pedro Sánchez, pero se muestra leal al PSOE sin perder los principios progresistas. Tampoco ha tenido reparo en escoltar a Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, en su comparecencia en la Asamblea de Madrid junto con un nutrido grupo de Ferraz y con la destacada ausencia del presidente del Gobierno, más centrado en buscar el asiento de Teresa Ribera en la Comisión Europea que en la investigación sobre su esposa, imputada por ahora con cuatro delitos: tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo laboral.
Aún así, el PSOE muestra una animadversión frontal contra Lobato, al que consideran un obstáculo para Pedro Sánchez, pero el líder de la oposición en Madrid, a pesar de tener un escaño menos que Más Madrid, se erige como una auténtica fortaleza a la que nada ni nadie son capaces de doblegar. No solo cuenta con el respaldo de las bases en Madrid, sino también con una estrategia que se abre camino a fuego lento, con perfiles seleccionados para responder de forma contundente, como la de Marta Bernardo, así como también un núcleo duro muy técnico y centrado cada uno en su área, tratando de sacar propuestas y denunciando errores del Ejecutivo autonómico al mismo tiempo.
En contraposición a Ferraz, Lobato se interesa por los problemas reales de los madrileños, habla con frecuencia con los militantes y también patea las calles para conocer de primera mano las inquietudes para dar después una propuesta, una solución, a los asuntos urgentes e importantes. Lobato conoce a la perfección Madrid y su agenda está copada casi cada día con reuniones con las distintas agrupaciones, empresarios, vecinos, colectivos… Ferraz y La Moncloa están a otra cosa bien distinta: «Quitar a los díscolos».
LOBATO SÍ DA LA CARA ANTE EL SILENCIO DE SÁNCHEZ
Y es que, Lobato se ha convertido en un barón incómodo dentro del denominado ‘sanchismo’. Opuesto a la ley de amnistía y también a otorgar la financiación singular a Cataluña, Lobato desautoriza la voz del líder de los socialistas y hace bien una vez conocidos los pactos del Gobierno con independentistas y nacionalistas, que exigen cada vez más, como era de prever, para continuar ofreciendo su apoyo a un bloque cada vez más desunido y que se resquebraja, como ha ocurrido este mismo lunes por la noche, sin acuerdo en una reforma fiscal crucial y que ha dado como resultado un nuevo impuesto a las energéticas y al ahorro. En el mismo día se conocía el fin de Muface, que ha soliviantado los ánimos de los funcionarios, que prefieren el sistema privado de sanidad antes que el público.
Lobato y su equipo quitan hierro a los rumores sobre un cambio drástico en el PSM. Nadie confirma, pero tampoco se desmiente. Por el momento, la estrategia del líder de los socialistas madrileños aguanta la embestida de los mayores, que primero lo intentaron con Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada, para después postular a Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid. Ahora es el turno de un valor en alza dentro del PSOE.
El ministro de Transformación Digital, Óscar López, suena con fuerza tras su puesta de largo en público tras años en el Gabinete de La Moncloa. No obstante, fue el encargado de explicar en el pleno de la vergüenza, celebrado un día después de la muerte de 219 personas por la riada en Valencia, el trámite de «urgencia» para cambiar las mayorías necesarias y modificar el sistema de elección del Consejo de RTVE. Una muestra más de lo alejado que están los socialistas de la sociedad y sus problemas.
FERRAZ, SIN FIGURAS CON CARISMA PARA SACAR A LOBATO
Sin Ayala ni Martín, Lobato no tendría problema para enfrentarse a unas primarias con quien estime Ferraz. Su figura es muy conocida y cada vez más aparece en medios dando la cara, hecho que enerva aún más a Ferraz, que prefiere esconder a Pedro Sánchez de preguntas incómodas. El líder de los socialistas madrileños ha salido a defenderlo todo, pero al mismo tiempo también a criticar los errores propios y matizar las medidas más polémicas.
Lobato se planta así a cualquier intento de Ferraz y La Moncloa para mantener el fortín en Madrid con un plan a medio plazo para disputar la presidencia de Madrid al PP en un momento en el que Más Madrid está en horas muy bajas por el caso Errejón y el silencio de Manuela Bergerot y Mónica García, que se ha enredado en la nueva polémica del sistema de Muface.
El PSOE tendrá muy complicado vender a los madrileños a un castellano-leonés de cara unas primarias. Eso sí, este rumor apuntaría a una posible sucesión en la cúpula del PSOE, donde se rumorea que Pedro Sánchez no sería candidato a la reelección para dar paso a Óscar Puente, actual ministro de Transportes y que viene de Valladolid.