Cataluña ofrece una diversidad de paisajes que cautivan a quienes la visitan, y Lleida, en especial, se convierte en un destino imprescindible durante el otoño. Esta provincia, que abarca desde los verdes valles hasta los picos nevados de los Pirineos, despliega una paleta de colores tan variada como impresionante. En otoño, las hojas caídas transforman el entorno en un caleidoscopio de ocres, dorados y rojos, especialmente en zonas como el Pirineo y el Prepirineo. Aquí, la naturaleza se encuentra en su momento más espectacular, mostrando sus encantos a cada paso.
1Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y el Macizo del Cadí, dos paraísos naturales para explorar en Cataluña
Uno de los lugares más emblemáticos de Lleida en esta época es el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. En otoño, antes de las primeras nevadas, el parque se viste con una paleta de colores vibrantes que lo hacen lucir como el más hermoso de Cataluña. El acceso es sencillo, con rutas que permiten explorar sus lagos y montañas. Desde el pueblo de Espot, es posible llegar en taxi de montaña hasta el lago de Sant Maurici, un lugar rodeado de impresionantes paisajes. Para quienes buscan una experiencia más completa, se pueden recorrer rutas más largas, como la que lleva a los lagos de Colomèrs desde el Valle de Arán. Cada rincón de este parque es perfecto para disfrutar de la serenidad de la naturaleza de Cataluña.
Otro destino perfecto para los amantes de la montaña y el senderismo es el macizo del Cadí, un coloso de roca que separa el Valle del Segre de la comarca de Berguedà. Este imponente macizo se erige como una barrera natural, y a su alrededor, senderos como la ruta Cavalls del Vent ofrecen a los excursionistas vistas impresionantes. El Cadí, además de ser un referente geográfico, es también un lugar perfecto para practicar senderismo en otoño, cuando los colores del bosque contrastan con las paredes rocosas de la montaña.