El Partido Popular Europeo se resquebraja por la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea, presidida por Úrsula von der Leyen. La geometría variable de los ‘populares’ europeos tiene en este momento un muy difícil encaje debido a los vetos a Pedro Sánchez por parte de Alemania y de España, mientras los conservadores abogan culpan a los eurodiputados españoles de llevar sus «divisiones» y «asuntos internos» al resto de Europa.
Desde las elecciones del pasado 9 de junio, los ‘populares’ europeos han perdido peso tras la salida de Vox y de otras formaciones que han conformado el grupo de Patriotas Europeos. Úrsula von der Leyen no tenía clara su opción de mantenerse en lo más alto de la Comisión Europa. Necesitaba el apoyo de Giorgia Meloni y sus conservadores italianos, así como el apoyo de los socialistas y de los liberales de Renew.
Todo dependía de las vicepresidencias y de los cargos, pero Pedro Sánchez y el PSOE europeo supeditó su voto a la mandataria de la UE a cambio de cederle una de las vicepresidencias con mayor visibilidad y Presupuesto, la del cambio climático y para Teresa Ribera. «O Teresa Ribera o no habrá acuerdo con ninguna de las vicepresidencias», afirman fuentes del PSOE a este medio.
En el PP Europeo, el de Dolors Montserrat y Esteban González Pons, ha pasado del veto absoluto a imponer dos condiciones: dimisión en caso de imputación y dar explicaciones en el Congreso de los Diputados por su gestión en la peor DANA del siglo. No obstante, el PSOE escurre el bulto con una medida definida como un «chantaje» por el PP de Feijóo.
No obstante, no es la única carta que está jugándose en Europea. Alemania está inmersa en una cruzada contra Pedro Sánchez a niveles casi personales como respuesta al furibundo ataque del presidente del Gobierno a Manfred Weber, líder de los ‘populares’ europeos. En este sentido, le preguntó «si su plan es devolverle a las calles y plazas de Berlín el nombre de los líderes del Tercer Reich». Todo ello, mientras el PSOE realizó sus pactos con Bildu, ERC, Junts y el PNV, prometiendo la amnistía, nuevos conciertos económicos para Cataluña y un largo etcétera con subidas de impuestos incluidas.
si su plan es devolverle a las calles y plazas de Berlín el nombre de los líderes del Tercer Reich
Aquella afrenta aún retumba entre las paredes de la Eurocámara, hasta el punto que, según señalan varios europarlamentarios, Weber no quiere dar su brazo a torcer y rompería antes cualquier alianza en el PPE que dar un sillón de poder a Pedro Sánchez, a quien «no puede ni ver». «Le llamó nazi a un alemán», advierten.
WEBER, EL OBSTÁCULO REAL DE TERESA RIBERA
«Es como llamar asesino a un demócrata, fue un ataque gratuito, sin argumento», indican. En este sentido, las mismas fuentes señalan que Weber denuncia en público y privado la «nefasta gestión» de la peor DANA del siglo por parte del máximo representante del Gobierno en España.
Por esta razón, Weber ha puesto en un serio aprieto a los de Alberto Núñez Feijóo, quienes aseguraron en un primer momento que «Teresa Ribera no puede ser comisaria europea» a pasar a poner condicionales. Este cambio de opinión ha enfadado a los alemanes, que pactaron la unión con los conservadores siempre y cuando Pedro Sánchez no tuviera asiento alguno.
Para poner más presión al asunto, Giorgia Meloni exigió su cuota para apoyar a Von der Leyen y la líder italiana no es de las que se echa atrás cuando las cosas salen del revés, como le pasó a cierto alcalde de una localidad del norte. El carácter fuerte de Meloni impide su veto, pero los socialistas no le dieron oportunidad alguna a Raffaele Fitto.
MELONI PIDE SU SITIO
De esta forma, el chantaje de Pedro Sánchez podría jugar a favor de los partidos denominados patrióticos, cuyo crecimiento está siendo exponencial desde la pandemia y ahora más con la victoria de Donald Trump, que volverá a jugar un papel crucial en la economía y política europeas, con nuevos aranceles, mayor proteccionismo y un aumento del gasto en defensa, más cuando ha dejado en evidencia a Alemania por criticar la invasión de Rusia a Ucrania, ayudar a Vladimir Zelensky y al mismo tiempo mantener abierto el gaseoducto con Moscú. «No se puede financiar la guerra a ambos bandos y al mismo tiempo», advierten.
Por el momento, se ha aplazado la votación hasta llegar a un consenso, pero Teresa Ribera y la propia Comisión Europea podría desmoronarse, teniendo que realizar ahora malabarismos para llegar a acuerdos de calado. La desventaja para los ‘populares’ europeos es que delante de ellos tienen a un superviviente como Pedro Sánchez. «Dar por muerto o vencido a Pedro Sánchez es el mayor error que se puede cometer en política en este momento. Se vio en las primarias contra Susana Díaz, salió, recorrió España, volvió y ganó», apuntan.
«Desde entonces no ha vuelto a dormir fuera de La Moncloa», recuerdan. Eso sí, ha pactado y gobernado con quien no le dejaba dormir -Podemos y después Sumar-, con quienes nunca pactaría -Bildu-, con la «xenofobia» -Junts- y los nacionalistas del PNV, que gobierna con los votos del PSOE de Eneko Andueza. Por el momento, los acuerdos se mantienen, no se ha roto nada, pero el riesgo persiste si Weber aprieta las tuercas a Von der Leyen.