El Parlament de Cataluña, presidido por Josep Rull, mantiene la Medalla de Oro al Monasterio de Montserrat a pesar de la sentencia «por conformidad del acusado». El Monasterio de Montserrat, doblegado al independentismo, está condenado como «responsable civil subsidiario» por los abusos a un menor de 18 años cometidos por Gabriel, uno de los monjes. Se trata de la primera condena por abusos al Monasterio de Montserrat.
En un acto de conciliación, la justicia condena al monje a dos años de prisión, con la accesoria de inhabilitación del derecho de sufragio pasivo, y una indemnización de 20.000 euros, así como la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros, sin la posibilidad de comunicación por cualquier vía durante un período de seis años.
Asimismo, el monje estará en libertad vigilada durante cinco años e inhabilitado para cualquier oficio o profesión que comporte contacto regular y directo con menores de edad durante siete años, según la sentencia de conformidad del juicio celebrado en la Sección 6ª de la Audiencia Nacional de Barcelona.
UNA SENTENCIA DE CONFORMIDAD POR ABUSOS, UN PREMIO POR UNANIMIDAD
Esta condena en firme, al ser de conformidad, pone en un brete al Parlament y refuerza la presión de diversas víctimas de pederastia en Cataluña para que el Parlament retire la Medalla de Oro al Monasterio de Montserrat, que le fue concedida el pasado 9 de julio por unanimidad. La Mesa de la Cámara catalana, conformada por PSC (3), Junts (2) y ERC (2), dio luz verde a la concesión de su mayor galardón al Monasterio de Montserrat el pasado 10 de julio a propuesta de Josep Rull, presidente del Parlament y uno de indultados y amnistiados por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Las críticas contra la entrega del máximo galardón de la Cámara catalana arrecieron semanas después tras conocerse el caso del joven, más cuando se utilizó la Diada para promocionarlo. «La contribución del Monasterio de Montserrat y de la comunidad benedictina a lo largo de la historia de Cataluña» fue uno de los motivos para conceder la Medalla de Oro al Monasterio, definida por el propio Rull como «mucho más que un puesto de recogimiento, de plegaria, de vida evangélica o de profesión de fe cristiana». Asimismo, lo definió como una «promoción del ecumenismo».
Para Rull, esta Abadía, la más representativa de Cataluña y uno de los pilares fundamentales de la burguesía catalana desde tiempos de Jordi Pujol, que será juzgado el próximo mes de noviembre de 2025, trece años después de su confesión, «transciende su dimensión espiritual y religiosa», «representa el sentimiento catalanidad, de enreaizamiento a nuestra tierra».
El Monasterio de Montserrat fue una de las primeras visitas de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. «Montserrat es uno de los grandes referentes simbólicos de nuestra tierra y configura una parte muy importante del alma de nuestro país», afirmó en la comemoración del primer milenio.
EL MONASTERIO DE MONTSERRAT, UN EJEMPLO PARA ILLA
La Abadía de Montserrat se ha visto envuelta en polémica tras una comisión de investigación interna en 2019, donde se puso de manifiesto que «la mayoría de cuyos miembros tenían graves conflictos de intereses que les incapacitaba para el cargo, reconoció que Soler había sido un depredador sexual que había abusado de al menos 12 menores durante tres décadas», según denunciaron entonces las presuntas víctimas de abusos.
Este caso pasó inadvertido y no fue denunciado ante la justicia, sin que hubiera una investigación para aplicar las medidas disciplinarias.
La Abadía de Montserrat afirma que investigó la denuncia en el momento en que tuvo conocimiento de los hechos e inició una investigación para conocer si hubo más víctimas. Ahora, una vez cerrada la vía penal, el monasterio adoptará más medidas cautelares canónicas, en especial la prohibición de ejercer el ministerio y el alejamiento de Montserrat a Gabriel, que tenía 39 años en el momento del primer delito.
ACTOS TRAS CONOCERSE EN EL MONTSERRAT JOVE
El monje condenado era el coordinador del cursillo Montserrat Jove, una especie de retiro y ocio para jóvenes. Fue allí donde el acosador y su víctima se conocieron, estrechando el círculo más adelante, cuando le invitó a pasar un fin de semana a la Abadía con todos los gastos pagados .y conociendo al joven al ser su guía espiritual y confesor. Como agradecimiento, el joven le obsequió con una botella de cava, que ambos tomaron en la celda. Una vez allí, los dos se tumbaron en la cama y comenzaron los tocamientos y felaciones mutuas.
«A pesar de estar incómodo con la situación, no lo verbalizó claramente, debido a su estado de semiembriaguez, la diferencia de edad, el ascendiente que tenía el acusado sobre él y el entorno no habitual en que se encontraba», apunta la sentencia. El Monasterio ha pagado los 20.000 euros, consignados para el juicio oral, que nunca se abrirá al ser una sentencia de conformidad.