El PSOE esconde a Teresa Ribera, ministra de la Transición Ecológica y la máxima responsable de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), encargada a su vez de la vigilancia de los ríos que rodean Valencia y de advertir a la Generalitat y al Gobierno del desbordamiento de la cuenca que une a los ríos Turia y Magro (Magre en valenciano), especialmente en el barranco del Poyo. Una semana ha pasado de la tragedia, la ministra aún no ha dado ninguna explicación pública, mientras que la AEMET y la CHJ han salido al paso.
Mientras el Ejecutivo y cientos de cuentas de indios alaban su propia gestión en las redes sociales, el PSOE trata de poner un muro de contención para evitar que las críticas se centren en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que ha salido a tratar de dar una versión, con dos errores garrafales. El primero de ellos es la propia fecha de la peor DANA del siglo en España, que fue el 29 de octubre y no el 29 de noviembre, como afirma en la nota. El segundo y aún más grave, es que ha facilitado un gráfico donde se advierte que el caudal del barranco del Poyo alcanzó los 200 metros cúbicos por segundo, cuando el dato es diez veces superior, llegando a superar los 2.000 metros cúbicos por segundo. La diferencia es abisal.
Estos 200 o 2.000 metros cúbicos fueron motivo suficiente para avisar a Protección Civil, cuya recepción se canaliza a través de la competencia que tiene el Ministerio de Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, quien deriva después la información al Gobierno autonómico, en esta ocasión, a la Generalitat de Cataluña, dirigida por Carlos Mazón.
La CHJ, como tampoco la Agencia Estatal de Meteorología, no ofrece estos avisos a la población a través del móvil, sino que lo publican o comunican a través de sus páginas web y redes sociales. El problema es que no toda la población está pendiente de estas informaciones, especialmente mayores y niños, es decir, no llega a todo el mundo por igual ni tampoco al mismo tiempo. Las alarmas se centran en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, dependiente de Marlaska.
LA CHJ AFIRMÓ EN PLENA CRECIDA QUE LA TENDENCIA DEL CAUDAL ERA «DESCENDENTE»
Cabe destacar que el aviso dado a la Generalitat se realizó a través de correo electrónico poco después de que la propia Confederación Hidrográfica del Júcar asegurase ante el CECOPI (Centro de Coordinación de Emergencias) -convocado ante las intensas lluvias de la DANA- que no había riesgo alguno. Hubo tres avisos que se anularon después y entre las 16.13 y las 18.43 horas del fatídico 29 de octubre no hubo ninguna alerta desde este organismo, según la Generalitat, a pesar del «aumento brusco» del caudal del barranco del Poyo.
A las 18.43 horas, el CECOPI se mantiene reunido, con el presidente de la CHJ, Miguel Polo, quien no realiza advertencia sobre «las consecuencias especialmente peligrosas desde las 17:00 h» de las que habla la CHJ en su comunicado.
Por otro lado, la Confederación del Júcar tiene entre sus competencias «la comunicación de los avisos hidrológicos ante posibles avenidas a los organismos de protección civil de manera habitual». Es decir, pudo avisar directamente a Protección Civil, a Interior y a todo el mundo, tal y como establece el propio plan elaborado por el Ministerio de Teresa Ribera.
Según los propios datos facilitados por la CHJ, el Centro de Emergencias de Valencia emitió la primera alerta hidrológica a las 12.30 horas, para comunicar a la ciudadanía del peligro que suponía permanecer cerca de cauces y barrancos por la crecida. Hubo una nueva más, pero se anuló después y no fue hasta las 16.13 horas cuando en el correo que envió la CHJ se señaló que el caudal del barranco del Poyo retrocedió a solo 28,7 m3/s. A las 17.00 horas no se advirtió de riesgo alguno en la reunión del CECOPI, motivo por el que Mazón, confiado en la fiabilidad de esa información, afirmó que el peligro había pasado y que la DANA se dirigía a Cuenca. Eran las 18.00 horas.
La CHJ afirma que las consecuencias eran «especialmente peligrosas desde las 17.00 horas», no fue hasta las 18.43 horas cuando se avisó que el caudal llegó a los 1.686 m3/s, es decir, casi tres veces más de lo que lleva el río Ebro y más del doble que el Tajo. La CHJ no ofrece estos datos una semana después en la Rambla del Poyo.
LA CHJ NO OFRECE LOS DATOS DE LA RAMBLA DEL POYO UNA SEMANA DESPUÉS
Las cifras, además, subieron y alcanzaron máximos no registrados en la zona porque la tendencia de la crecida iba en aumento y de forma rápida, tal y como puede comprobarse en los innumerables vídeos subidos en las redes sociales ante el comienzo de la riada. En Chiva, el agua lo inundó todo en apenas media hora, mientras que en Paiporta tardó solo 24 minutos en llevar el agua hasta alcanzar cerca de los dos metros en las zonas colindantes al barranco del Poyo.
Para medir la dimensión de la tragedia en Valencia, este medio ofrece las lecturas de dos de las ramblas y barrancos con mayor aumento del caudal: el del Turia y la Rambla Castellana, cuyo desbordamiento ha arrasado Pedralba. En Vilamarxant, las cifras muestran un caudal de riesgo extremo a las 02.00 horas del 30 de octubre, cuando llegó al máximo de los 1.772,59 m3/s. A las 19.00 horas, el caudal se disparó en 21 veces, desde los 84,97 a los 579,4 m3/s. Una hora después, la lectura era de más del doble, hasta los 1.336 m3/s.
EL CAUDAL DEL BARRANCO DEL POYO SUPERÓ DURANTE SIETE HORAS LOS NIVELES DE MÁXIMA ALERTA
Ni la ministra Teresa Ribera, llamada a ser comisaria europea, ni la CHJ han ofrecido ruedas de prensa con preguntas y se remiten a comunicados. La Generalitat afirma que Emergencias no recibió ningún correo electrónico, como tampoco llamada ni comunicación que diera la voz de alarma ante el «aumento brusco del caudal del barranco del Poyo» ni a las 17.00 ni a las 17.30 horas. De hecho, las cifras ofrecidas por la CHJ muestran que el caudal del barranco del Poyo se multiplicó en siete veces entre las 16.00 y las 17.00 horas, pasando de los 44,78 m3/s a los 325,52 en apenas 60 minutos. Una hora más tarde, ese mismo cauce registró 1.725,89 m3/s, para subir a 1.938,71 m3/s y 1.925,22 m3/s a las 19.00 y 20.00 horas.
A las 21.00 horas, la CHJ no ofrece dato alguno y no es hasta las 22.00 horas cuando el caudal queda prácticamente sin agua, a solo 4,98 m3/s, para dispararse a los 49,23 m3/s a las 23.00 horas. La crecida fue de nuevo en aumento, hasta alcanzar los 177,17 m3/s a las 00.00 horas. La segunda crecida se registró a partir de las 01.00, con 445,25. Los registros de las horas siguientes marcaron los 1.113 y 1.103,2 m3/s, por encima aún de los niveles del Ebro y del Tajo.
Un hecho parecido sucedió con la Rambla Castellana, a su paso por Pedralba, devastado por la inundación. El aforo de este barranco se multiplicó por cinco en menos de una hora, entre las 19.00 y las 20.00 horas, para alcanzar los 228,91 m3/s. Ese barranco registró lecturas de cero el día anterior a la llegada de la DANA.
UN CAUDAL POR ENCIMA DEL LÍMITE, PERO SIN COMUNICACIÓN
La propia CHJ admite que no envió alerta alguna entre las 16.13 y las 18.43 horas, a pesar de que el caudal se había multiplicado por siete. De hecho, en el mail de las 16.13 se advierte de al bajada del caudal, pero lo peor estaba por llegar y no fue hasta las 18.43 cuando se advierte de la hecatombe que ha barrido toda la parte sur del Turia hasta el río Magro. La alerta a la ciudadanía llegó a las 20.11 horas. Es decir, una hora y media después del último aviso de la CHJ, cuando los pueblos ya estaban anegados y cogió a muchas personas en la calle, trabajando o volviendo del centro laboral.
Por estas razones, la CHJ aún no ha explicado por qué tardó dos horas y media en comunicar por correo o por teléfono la súbita crecida del barranco del Poyo. El Gobierno tampoco ha pedido explicaciones públicamente a este organismo que depende de quien fuera su candidata estrella en las elecciones europeas del pasado mes de junio, Teresa Ribera, mientras centra toda la atención en obtener un rédito político que ha sido duramente criticado incluso por Podemos, su socio de gestión en la pandemia de 2020.