A Felipa Jove mucho la conocen como ‘la otra Marta Ortega‘. Los puntos en común es que ambas son gallegas y están en la lista de las mujeres más ricas de España. Felipa en el puesto 24. En el caso de Felipa ocupa junto a su hermano Manuel el puesto 75 de la lista Forbes. Sin embargo, aquí acaban los paralelismo con la heredera de Inditex. Lo cierto es que Jove nunca ha sido interesando para la prensa del corazón y, aparentemente, no tiene el interés de Ortega por al moda y el glamour.
Ella y su hermano son los hijos de Manuel Jove fundador del grupo Inveravante. Este grupo de inversiones tiene un patrimonio neto de 1.364 millones de euros y la fortuna de los hermanos se cifra en 450 millones cada uno. Fallecido en 2020, Manuel Jove dejó una importante fortuna y trayectoria empresarial importante.
UN PELOTAZO ANTES DE LA CRISIS DEL LADRILLO
Manuel Jove, cumple el tópico del empresario gallego hecho así mismo. Nació en A Coruña en 1941, sus orígenes fueron modestos y con 11 años ya trabajaba en el taller de carpintería de su padre.
Fue con la inmobiliaria Fadesa con lo que llegó a fundar todo un imperio. Antes de que estallara la crisis del ladrillo el empresario vendió Fadesa en un movimiento que fue un auténtico pelotazo. Fue en 2006 y la inmobiliaria había salido a Bolsa dos años antes 12’9 euros la acción. En el momento de vender la empresa el precio por acción había subido a 35’7 euros. La burbuja inmobiliaria seguía en lo alto. Jove vendió sus acciones a Martinsa propiedad de Fernando Martín por 2.200 millones de euros. Esta operación no sólo le supuso una gran inyección de dinero, sino que, además, evitó al empresario acabar devorado por las consecuencias de la crisis de 2008 que se cebó especialmente con el sector inmobiliario.
LA MUERTE DE SU HERMANA
El empresario tuvo tres hijos: María José que falleció víctima de un derrame cerebral a los 37 años en 2002, Felipa y Manuel Ángel. Los dos últimos están al frente del holding Inveravante que creó Manuel Jove tras la venda de su inmobiliaria.
Dicen que Felipa, nacida en 1969, ha asumido un destino que no era el que esperaba. La muerte de su hermana, que dejaba dos niñas gemelas de cinco años, hizo que tuviera que ayudar a su padre y su hermano en las tareas de negocio.
Felipa se encarga del área corporativa e institucional de Inveravante. El holding familiar tiene interese en España, Marruecos, México, Brasil, Panamá, República Dominicana y Rumanía.
«Mi hermana estaba mejor preparada y tenía una actitud más líder que la mía. Lo entendí desde muy niña: María era muy carismática y mi función era ayudarla», aseguraba hace unos años en una entrevista.
UNA IMPORTANTE COLECCIÓN DE ARTE
Precisamente por el impactó que le generó la muerte de su hermana creó y se puso al frente de la Fundación María José Jove. Tiene su sede en La Coruña, en el Edificio WorkCenter. Consta de tres plantas que ocupan una superficie de 3.000 m2 distribuidas entre un salón de actos para 160 personas, una zona de aulas y espacios multiusos para diferentes actividades orientadas a los niños y el área de administración y oficinas.
Ésta es además la dueña de la colección de arte que atesoró durante años su padre. Una colección que no llega a la de Tita Thyssen pero está entre las mejores de España. Cuenta con un total de 550 de obra de 250 autores. La colección de arte de la Fundación arranca cronológicamente con el romanticismo de Pérez Villaamil y otros movimientos decimonónicos, así como el clasicismo de la Escuela de Roma, con Mariano Fortuny o el andaluz Jiménez Aranda, entre otros. El primer tercio del S. XX, está protagonizado por una significativa representación del foco artístico catalán, entre los que se encuentran Joaquím Mir, Casas, Nonell, Anglada Camarasa o Santiago Rusiñol, así como de una interesante nómina de pintores gallegos y personalidades independientes como Darío Regoyos, con su visión de la España negra, Romero de Torres o Alvarez de Sotomayor.
Más allá de su vida empresarial, poco se sabe de la vida de Felipa Jove. La empresaria sigue viviendo en A Coruña y sólo ha concedido algunas entrevistas en su vida y siempre relacionadas con la actividad de la Fundación.
Casada con un hombre llamado Javier y tiene una hija de 25 años. Aficionada al spinning, todavía puede pasearse sin que casi nadie la reconozca por la ciudad gallega. Una prueba de su obsesión por la discreción es que cuando su nombre saltó a la lista Forbes lo primero que hizo fue cerrar sus redes sociales.