Según sus compañeros del Partido Popular, si hay algo que no aguanta Rocío García, alcaldesa de Alcobendas es que la lleven la contraria. Si es en un pleno del Ayuntamiento de su ciudad, delante de sus correligionarios, sus adversarios políticos y los escasos asistentes al mismo. Eso es lo que ha hecho Vox Alcobendas desde la figura de su portavoz, Fernando José Montenegro.
El portavoz del partido de extrema derecha ha incomodado a la edil popular, en varios de los puntos tratados en el pleno celebrado el jueves 31 de octubre, en la ciudad del norte de Madrid. Allí, Montenegro tuvo varias intervenciones incomodas para la coalición que gobierna el consistorio, 13 concejales del PP y uno de Futuro Ciudadanos.
En esos enganchones, bastante incomodos para la alcaldesa y sus objetivos, también hay que destacar la «tensión sexual» que hay entre ambos partidos. Especialmente por la parte de Vox, al que se nota cierto despecho por no participar en la pareja que PP y Futuro Ciudadanos tiene montada en Alcobendas.
Ese despecho se denota principalmente en las comparaciones que desde Vox hacen de la similitud que hay entre la políticas entre el PSOE y las del PP. Aunque siempre acabadas esas intervenciones con una coletilla bastante clarificadora de las intenciones, a la vez que graciosa: «nosotros siempre tendremos una mano tendida para ayudar».
Vox quedó fuera del Gobierno municipal a consecuencia del concejal logrado por Futuro Ciudadanos, algo inesperado para la formación que pretendía fiscalizar las políticas de García Alcántara desde dentro. Alcántara pensó que Aitor Retolaza, concejal de la formación naranja, sería más dócil y en cierta forma «un hombre de paja» para desarrollar sus intereses, especialmente en los apartados económicos, de sueldos y comisiones.
ALCOBENDAS UN AYUNTAMIENTO PECULIAR PARA LOS PACTOS
El pacto entre Futuro Ciudadanos y Partido Popular, en teoría, puede encuadrarse dentro de la llamada «normalidad» política de bloques que impera en España. Aunque en la política municipal eso se cumple algo menos. Este fue el caso de la pasada legislatura en Alcobendas. Entre los años 2019-2013 el consistorio de la localidad estuvo regido por pacto de gobierno entre Ciudadanos, tradicional aliado del PP, y PSOE.
Con un acuerdo «raro» dentro del panorama político español ambas formaciones se repartieron la alcaldía durante dos años. Primero el PSOE de la localidad y los dos siguientes Ciudadanos en la figura de Aitor Retolaza.
Su sillón como concejal es clave para el Gobierno del PP de Rocío García, que le ha concedido una exclusividad del 75% en esta legislatura, con un incremento del salario hasta rondar los 45.000 euros, un montante al que hay que sumar otros 450 euros por cada una de sus participaciones en los consejos de administración de las empresas públicas de Alcobendas.
Algo que podría considerarse normal dentro de los manejos políticos, normal no es igual a moral, pero que aquí cobra límites extraños. Esos límites vienen de la anterior legislatura, donde el ex alcalde y actual concejal del partido naranja llegó a denunciar al PP por intentar «comprarle». Los populares ofrecieron la Vicealcaldía a cambio de abandonar al PSOE y romper el pacto con los socialistas, un síntoma de como funcionan los grupos políticos de Alcobendas.
Esto ha puesto ha VOX como principal perjudicado en este asunto. La formación ultraliberal ve roto la normalidad de pactos con los populares que les ha hecho «tocar» poder en muchos consistorios de España. Todo esto ha derivado en Vox se ha convertido en la oposición más fuerte dentro del Ayuntamiento por la pasividad de las formaciones progresistas del mismo.
INMIGRACIÓN E IMPAGOS PUNTOS DE FRICCIÓN CON GARCÍA ALCÁNTARA
Dentro de los puntos tratados en el pleno la tensión se ha denotado en tres partes. La primera de ellas en el tema de la inmigración. Vox ha acusado a los populares de plegarse a los discursos del PSOE y Más Madrid, favoreciendo la llegada de inmigrantes ilegales a la localidad y el gasto que ello supone. Además, desde Vox han asegurado que esa progresiva llegada está acelerando el deterioro de la población, especialmente en el centro. El PP y el resto de formaciones han echado para atrás la propuesta de Vox.
El siguiente punto ha sido el de los impagos del Ayuntamiento con determinados proveedores, especialmente fuera de plazo. Desde Vox se ha comentado que la deuda por impagos del Ayuntamiento con sus proveedores es de 2 millones de euros y cual sería su solución. La respuesta ha sido nula desde el PP y ha provocado el primer enfado de la alcaldesa con Montenegro de Vox.
Un enfado que continuó con la tasa de basuras, el famoso ‘tasazo’, que Europa ha impuesto a los ayuntamientos. Desde vox han recordado a la alcaldesa que en Torrelodones la coalición que mantienen con el PP ha sido capaz de retrasar el pago hasta 2026, algo que en Alcobendas no ha intentado hacer la coalición que García mantiene con el sumiso concejal de Futuro Ciudadanos.
El enfado ha ido a mayores y García ha impedido, aludiendo que no tocaba eso, a Montenegro seguir reclamando el retraso del impuesto, mostrando la tensión que existe entre ambos partidos, sacando de sus casillas a Pitita la polémica alcaldesa de Alcobendas.