En un rincón privilegiado de la provincia de Huesca, en Aragón, se encuentra Alquézar, un encantador pueblo medieval que ha conquistado los corazones de viajeros y expertos en turismo por igual. National Geographic, en su afán de descubrir los secretos mejor guardados del mundo, ha señalado a Alquézar como uno de los mejores pueblos medievales de España, destacando su rica historia, su impresionante patrimonio arquitectónico y sus paisajes naturales sobrecogedores. Situado a solo tres horas en coche de Barcelona, Alquézar se erige como un destino ideal para quienes buscan una escapada cultural y paisajística.
Adéntrate en las empedradas calles de Alquézar, donde el tiempo parece haberse detenido. Aquí, cada rincón cuenta una historia que combina la arquitectura medieval con la belleza natural que rodea al pueblo. Desde sus impresionantes murallas hasta la espectacular Colegiata de Santa María la Mayor, Alquézar ofrece una experiencia única que invita a perderse en su rico patrimonio y en la calidez de sus gentes.
1UN PATRIMONIO HISTÓRICO RIENDO A ESCRIBIR
El casco antiguo de Alquézar es un verdadero tesoro de la historia medieval. Declarado conjunto histórico-artístico, el pueblo cuenta con una serie de monumentos que merecen ser explorados con detenimiento. La Colegiata de Santa María la Mayor, construida en el siglo XI, es una de las piezas clave del patrimonio de Alquézar. Su impresionante fachada románica, adornada con intricadas esculturas, y su interior, que alberga valiosas obras de arte, la convierten en un lugar de culto de gran relevancia.
El castillo que preside Alquézar, ubicado en la parte más alta del pueblo, también merece una visita. Este antiguo bastión defensivo, que data del siglo IX, fue escenario de importantes batallas y ha sido testigo de la historia de la región. Desde sus almenas, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de los hermosos paisajes que rodean al pueblo, haciendo que la subida valga la pena. Pasear por sus murallas permite conocer la importancia estratégica de Alquézar durante la Edad Media.
La arquitectura del pueblo, con sus casas de piedra y tejados de pizarra, añade un encanto especial al paisaje. Las callejuelas empedradas invitan a descubrir rincones ocultos, plazas tranquilas y jardines floridos que parecen sacados de un cuento de hadas. Este patrimonio arquitectónico, cuidadosamente conservado, es un reflejo de la rica historia que ha vivido Alquézar a lo largo de los siglos.