Andalucía es belleza, tradición y cultura, y sus pueblos reflejan cada paso de la historia del lugar; entre ellos destacan los llamados pueblos blancos. Estos pueblos, con sus casas encaladas y su arquitectura tradicional, están rodeados de montañas y campos verdes, ofreciendo un viaje que captura la esencia andaluza. En cada rincón de esta región, la historia y el encanto se entrelazan para brindar una experiencia inolvidable a sus visitantes.
A continuación, vamos a destacar tres de los pueblos blancos que son paradas imprescindibles en esta ruta por Andalucía.
1Arcos de la Frontera es la puerta de entrada a los pueblos blancos
Considerado uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, Arcos de la Frontera es la entrada a esta famosa ruta. Ubicado sobre un acantilado, ofrece vistas panorámicas de la región y una atmósfera llena de historia. Sus calles empedradas y laberínticas llevan al visitante a descubrir joyas arquitectónicas como la iglesia de Santa María y el castillo. Además, sus balcones y miradores brindan una imagen perfecta de la campiña andaluza, donde el tiempo parece detenerse.