La presentadora y actriz Elisa Mouliaá interpuso denuncia el pasado 24 de octubre ante el Servicio de Guardia de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la comisaría de Policía Nacional del distrito madrileño de Chamberí. Lo primero que hizo la mujer fue presentar una captura de pantalla de su teléfono móvil realizada el 10 de octubre de 2021 en el que la mujer cuenta a su amiga Jana lo ocurrido: «Hola, tía, pues decepcionadísimos con Errejón. Fui a su firma de libro, luego cenamos y fuimos a casa de Borja y Soraya y me llevó a una habitación y me entró a saco (…)». La noche terminó con la actriz diciendo: «Íñigo, «sólo sí es sí», parece mentira que me esté pasando esto contigo».
La denuncia recoge que «en este acto denuncia a Íñigo Errejón, actualmente miembro del Congreso de los Diputados, partido político Sumar (…)» y sigue explicando que «la denunciante lleva aproximadamente un año hablando con la persona denunciada a través de la aplicación de Instagram y posteriormente de Telegram. El día de los hechos coincidiendo con la presentación de su libro, Íñigo invitó a la denunciante para que asistiese a la presentación del mismo. Una vez que finalizó el evento, este acudió al lugar donde se encontraba la declarante y la invitó a ir a tomar una cerveza, acto seguido ambos fueron hasta una cervecería de la zona de Ópera».
La mujer relató a los agentes que «la persona ahora denunciada (Errejón) mostraba una actitud seria y fría que sorprendió a la dicente, si bien hasta ese momento el varón siempre mantuvo una actitud correcta hacia ella».
«ÍÑIGO ERREJÓN CAMBIA DE ACTITUD»
Esa noche la presentadora y actriz tenía intención de acudir a una fiesta que organizaban unos amigos en casa de los padres de «Borja», ya que la pareja reside en Australia. Elisa continuó su relato explicando que «se lo comentó a Íñigo y por educación le invitó a asistir. Para sorpresa de la declarante este accedió a su invitación, solicitando un vehículo para desplazarse hasta la misma».
Pero una vez en el interior del coche, «Íñigo cambia de actitud y torna en una actitud dominante indicando a la dicente que le iba a imponer tres reglas: La primera que no se alejase mucho de él esa noche, la segunda que si lo hacía no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto y la tercera que esa noche le diese un beso» y luego explica que «se sintió violentada y cortada si bien decidió guardar silencio por ser quien era».
«LA COMENZÓ A BESAR INTRODUCIÉNDOLE SU LENGUA EN EL INTERIOR DE SU BOCA, DE UNA FORMA VIOLENTA»
Pero cuando la pareja entró en el edificio, «y en concreto dentro del ascensor Íñigo dijo a la dicente «la tercera regla la voy a romper ahora mismo», acto seguido agarró a la denunciante fuertemente de la cintura y la comenzó a besar introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta, invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que la misma se sintiese intimidada».
Cuando llegaron a la casa donde se celebraba la fiesta, «accedieron a casa de su amiga comenzando a involucrarse en el ambiente de la fiesta donde bailaron, bebieron y charlaron con los asistentes. En un momento de la noche la declarante comenzó a bailar con un amigo suyo una canción de Los Secretos, hecho que la denunciante opina que debió producir un ataque de celos en su acompañante, el ahora denunciado, debido a que éste la agarró fuertemente del brazo y la llevó por la fuerza durante unos seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la casa».
En el interior de la habitación, «el denunciado cerró con pestillo la puerta, para impedir que la dicente pudiese escapar comenzando a besar y a tocar a la dicente por distintas partes de su cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos no pudiendo concretar si fue por encima o por debajo de la ropa, aunque recuerda que le llegó a quitar el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas del tipo «como me pones», todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la declarante».
Y continúa explicando «acto seguido empujó a la dicente sobre la cama y el denunciado se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de la declarante. La dicente recuerda que se sintió paralizada y que no consintió nada de lo que sucedió, fue en ese momento cuando le dijo que ella quería seguir en la fiesta, argumentando que su amigo se había quedado solo», entonces sigue la denuncia «Íñigo le respondió que salía de la habitación con la condición de que en veinte minutos ambos se tenían que ir de la fiesta a la casa de Íñigo, ya que tenía la intención de llamar a un vehículo».
La denunciante recuerda que «accedió a su condición ya que su intención era que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes. Estos hechos pudieron durar menos de veinte minutos. Recuerda que ambos estuvieron un rato más en la fiesta, si bien Íñigo agarró la chaqueta de la denunciante y se la puso con mucha celeridad, al tiempo que le decía «vamos date prisa que el coche lleva cinco minutos esperando»».
A mitad del camino a casa de Errejón la mujer recibió una llamada telefónica de su padre, «en la que le decía que su hija de un año de edad en ese momento tenía cuarenta de fiebre, extremó que la preocupó mucho, pero no a su acompañante, el cual no reaccionó en absoluto», continúa.
La mujer recordaba que «se sintió muy mal ya que estaba preocupada por su hija pequeña y no comprendía muy bien la actitud que mostraba el ahora denunciado, trasladándose ambos hasta el domicilio de Íñigo. Una vez en el interior del domicilio del denunciado, éste sin mediar palabra comienza nuevamente a besar a la denunciante en los labios, mientras la realizaba tocamientos por la zona de los pechos y de los glúteos todo ello por fuera de la ropa, mientras trataba de trasladarla hasta su habitación».
Continúa la actriz diciendo que «se estaba sintiendo muy incómoda y que además seguía preocupada por su hija, todo le sucedía estaba pareciendo muy violento por lo que finalmente terminó diciendo: Ínigo «sólo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo».
La actriz luego, según su declaración, le preguntó que «si no sabía lo que era seducción, los tiempos y la escucha, a lo que el denunciado le contestó dándole las gracias y diciéndole que eso le iba a servir para futuros encuentros, extremo que provocó en la declarante sorpresa, repulsión y decepción». La denunciante fue preguntada si se sentía «víctima de un delito sexual y responde que sí».
