Isabel Díaz Ayuso no es ningún verso suelto dentro del PP, ni mucho menos. Es quizá la voz y el muro de contención para impedir la expansión del sanchismo en España, aunque sus declaraciones no llegan a hacerse entender en el aparato de Génova 13 o más bien, en la sede del PP no quieren entender dicho discurso.
La confrontación generada por La Moncloa y Ferraz para tratar de dañar al ariete ‘popular’ ha traspasado numerosas líneas rojas, pero poco ha importado en las filas socialistas, acostumbrados a romper los consensos de la transición y los pactos de Estado establecidos hasta ahora, como pactar con Bildu o con Podemos.
El plantón dado por la presidenta de la Comunidad de Madrid tiene sólidos argumentos, como los constantes insultos a la institución y a los ataques personales de los últimos meses, que se han reproducido semana tras semana desde las pasadas elecciones del 28-M. La líder del PP de Madrid no ha dado su brazo a torcer y responde a Pedro Sánchez con un rotundo rechazo a reunirse con él en un encuentro bilateral, una exigencia para poder equiparar a Cataluña con el resto de las Comunidades Autónomas y evitar así los agravios comparativos que disfrutarán en pocas semanas con la recaudación íntegra de todos los impuestos generados, empezando por el IRPF.
LA MONCLOA CONTRA MADRID, EL ÚLTIMO GRAN CHOQUE
Ayuso se ha mantenido firme ante una oposición formada por el PSOE y Más Madrid y contra un Gobierno y altavoces mediáticos que le ha llamado «IDA», «pareja de un delincuente confeso», «corrupta», «asesina» y «loca frenopática». Estos son solo algunos de los ejemplos que ha sufrido constantemente la líder ‘popular’ de Madrid y como no podía ser de otra manera no se amilana ante el griterío. Pocos en Génova 13 aguantarían tal embestida, más cuando se hace a diario en tertulias y parlamentos.
«Si Pedro Sánchez quiere sentarse en una mesa con Ayuso lo tiene fácil, que convoque la mesa de Presidentes y se siente con todos al mismo tiempo», han señalado fuentes ‘populares’ a este medio. «La presidenta lo dijo por activa y por pasiva: no asistiría de ninguna de las maneras a ninguna reunión a dos. El Gobierno de Pedro Sánchez monta de nuevo su circo para tratar de ocultar los casos de corrupción que asolan Ferraz, así como de los familiares del presidente del Ejecutivo», indican.
«Es el último choque» que faltaba por darse a nivel institucional, admiten las mismas fuentes. Y es que, el PSOE no ha dejado de provocar una guerra a todos los niveles, como ha pasado entre el Congreso y el Senado, entre el Tribunal Constitucional y el Supremo, entre la propia Fiscalía, con la imputación del máximo responsable del Ministerio Público, Álvaro García Ortiz, «por seguir las órdenes de Pedro Sánchez» y ahora entre La Moncloa y la Puerta del Sol.
PEDRO SÁNCHEZ SE NIEGA A CONVOCAR LA CONFERENCIA DE PRESIDENTES
Ayuso se niega a hablar o debatir sobre cuestiones que afectan a todos los españoles, como la salida de Cataluña del régimen común con la recaudación, liquidación y gestión de todos los impuestos que genera. Para la líder de Madrid este tipo de decisiones se debaten entre todos, en una Conferencia de Presidentes, o bien con la convocatoria de elecciones generales y que sea el argumento principal de la campaña. En este sentido, rechaza de plano cualquier medida pactada con los independentistas. «No tenemos nada que negociar ni que debatir. Han convertido a España en un dictadura», han puntualizado las mismas fuentes.
El propio Juan Lobato, líder del PSOE en Madrid, tampoco ve con buenos ojos el pacto entre el Gobierno y Cataluña, aunque acepta debatir la propuesta. No obstante, en el Gobierno de Madrid consideran que es el propio Pedro Sánchez quien se ha valido de la deslealtad al permitir los insultos y difamaciones contra Ayuso y su pareja, que se ha querellado contra el presidente del Gobierno, la ministra de Hacienda y el ministro de Justicia, Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Félix Bolaños, respectivamente.
Para las fuentes consultadas, Ayuso defiende y defenderá a Madrid de todos los ataques recibidos hasta ahora, más cuando existe una amplia mayoría absoluta que arropa a la presidenta de la Comunidad. Por ello, abogan por una dimisión en bloque del Ejecutivo y volver a ir a las urnas, más cuando el PSOE negó en su programa y sus propuestas los pactos con los independentistas y especialmente con Bildu, mientras los casos de presunta corrupción se amontonan en las mesas de los jueces.
