Según la DGT, olvídate de conducir si sufres alguno de estos problemas de salud

Ponerse al volante es una actividad que aporta independencia y libertad, especialmente en una sociedad tan dependiente del coche como la nuestra y la salud es fundamental. Sin embargo, con el paso de los años, las habilidades necesarias para conducir pueden verse mermadas, lo que plantea importantes desafíos para los conductores de mayor edad.

Es común ver a personas mayores conduciendo sus propios vehículos, ya que no existe una edad máxima legal para dejar de hacerlo. No obstante, el envejecimiento conlleva cambios físicos y cognitivos que pueden afectar la seguridad vial, tanto para ellos mismos como para el resto de usuarios de la carretera.

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LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN Y ACEPTACIÓN DE LAS LIMITACIONES

Reconocer las propias limitaciones es un paso clave para mantener la seguridad vial. Las evaluaciones médicas y psicológicas periódicas pueden ayudar a determinar si un conductor está en condiciones de seguir al volante sin poner en riesgo su vida ni la de otros.

Comunicar de manera efectiva estas restricciones es esencial. Muchos conductores mayores optan por dejar de conducir voluntariamente, entendiendo que es lo mejor para su seguridad y la de los demás. El apoyo familiar juega un papel crucial en este proceso.

De hecho, según un estudio de la Fundación Mapfre, el 45% de los conductores a los que no se les ha renovado el carnet lo han hecho por decisión propia. Cuando se consulta a los familiares, este porcentaje aumenta hasta el 74%, lo que refleja la importancia de la concienciación y el acompañamiento en estas decisiones.

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